JIRONES DE UN ALMA ENAMORADA

Las sensaciones más gratificantes invaden mi mente y un hálito de bienestar me hace sentir feliz. Estoy sentado en el tul ilusionante de mis recuerdos y los sentires más voluptuosos envuelven todo mi ser al recordar aquel rostro ovalado, moreno,de ojos negros, profundos, de dulce y cálido mirar que lo envolvían todo con ternura tal que no pude sustraerme al  embrujo que de ellos emanaba. Sonreía como nunca había visto hacerlo y en su boca sensual habitaba una colonia de corales que, al contraste de su tez  morena, hacían que las sensaciones más sugerentes emergieran en los anhelos  más bellos del humano pensar. Una espesa, negra,   larga y  rizada cabellera enmarcaba aquel bello rostro de amplia frente

que remataba aquella obra de arte, más propia de quehaceres celestiales que de humanos placeres  No pude articular palabra ni era menester hacerlo, embriagado como quedé en solo contemplarla. No quería romper el hechizo, tenía miedo que no fuera realidad y al mínimo movimiento por mi parte pudiera desvanecerse. Los redondos hombros, sobre los que descansaba parte de su cabellera, enmarcaban la parte superior de un torso con las medidas perfectas para albergar dos turgentes senos de reducido tamaño pero de exacta medida para no desentonar de aquel armónico conjunto que remataba en una cintura que la camiseta ajustada, hacía casi desaparecer y de la que arrancaba la cadera, compendio de sugerencias sensuales, idílicas y nunca soñadas. Como no podía ser menos, aquel monumento de mujer solo podía estar sustentado por dos piernas torneadas con el deleite de lo inconcebible.

Estupefacto estaba y no sé por cuánto tiempo. Una eternidad estuviere si ella me lo insinuara y más hechizado quedé cuando su angelical sonrisa, sutil y maliciosa se convirtió en cantarina carcajada. No me desperté, por el contrario, me sumergí más profundamente en la aureola que nos envolvía y me dejé ir.

Y no quería regresar , galopando, como estaba, por las inmensas praderas de lo intangible, asiéndome a ello como tabla de inmersión. Porqué buscar un rayo de luz si estaba dentro la luminosidad, porqué retornar si el ir llena todos los contenidos ilusionantes de un dejarse llevar.

Qué sin razón es la vida sin los utópicos, y qué grandioso es  vivir, cuando la utopía se hace realidad y te invade.

Embriagado quedé, y a otra realidad no retorno, porque no ansío ser Adán y del Paraiso no quiero salir. Y a todo lo demás  renuncio, porque nada puede mejorar lo que poseo.

3 opiniones en “JIRONES DE UN ALMA ENAMORADA”

      1. Gracias a ti, siento profundo respeto por lo que escribes y me gusta mucho, así que, un saludo y un abrazo de corazón

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