Ignoro las razones, pero se me perdió y no conseguí verla hasta, además muy lejos de Os Cotiños. La llamé, pero no me hizo caso. Esta mañana, ignoro, las razones que la condujeron a tomar es decisión, la encontré y la dirección que llevaba, era hacia mi casa.Su
Su caminar era lento, cansino, algo triste, pensé yo. Me hice el desentendido y la dejé actuar. Me daba mucha pena verla así, tan sola, cabizbaja. Y me preguntaba dónde estarían los pretendientes que hace unos días la perseguían por todas partes. Aquellos apuestos galanes que solicitaban sus beneficios. Aquel fornido y soberbio macho que miraba a todos con aires de desafío.
Que vigilaba sus descansos, para que nadie se le acercara, cuando ella agotada de tanto ajetreo, intentaba reponerse un poco.
A dónde condujeron sus pasos y abandonaron a Poquita Cosa, tan rápidamente, cuando le hacían toda clse de carantoñas, paraa ganarse su simpatía?
Incluso, aquellos que mendigaban sus favores, cuando el musculoso protector satisfacía sus otras necesidades y abandonaba la vigilancia.? Tampoco esos dan señales de vida. Ya no sienten interés alguno por acompañar a Poquita Cosa.
Ni ellos muestran interés alguno por aliviar la soledad de la tan deseada, hace unos días compañera de diversiones. Pero no hay mal que por bien no venga. La vi, e hice como si no lo hubiera hecho. Llegué a mi casa y lo primero que hice fue prepararle un suculento banquete en el lugar donde comen todos los componentes de mi complejo y descontínuo Zoo. Tal como me lo supuse, sucedió. Al momento, desde mi ventana la vi llegar. Se derecha al lugar indicado, seguamente guiada por su olfato. Entre los alimentos dispuestos, había un trozo e sabrosa empanada de carne que Poquita Cosa saboreó con avidez, no exenta de placer.
Fue para mí un placer saber que la linda perrita no había sufrido ningún percance y que, a falta de, interesadamente, amorosos canes, tien en mí un amigo que la ayudará siempre que lo necesite.
Observé que su vientre, comienza a ser diferente de cómo era antes. Ello es muestra que en menos de tres meses Poquita Cosa va ser madre. No sé si por primera vez o ya parió anteriormente. Lo que sí haré, es seguir sus pAsos para no perder el contacto con ella y poder ayudarla cuando llegue el momento de tener que alimentar, no solo su cuerpo, sino también a sus pequeñuelos. Hoy me dio una pista que tengo que seguir. No terminó toda la empanada y un trozo se lo llevó en la boca. Debe tener una despensa en algún sitio. Localizaré el sitio, porque allí, es donde, con toda seguridad, dará continuidad al prodigioso milagro de la continuación de la vida. Un trabajo más.
Pero, así es el título de mi próximo libro, MERECE LA PENA
Xa rematei de ler o libro «UNO DE TANTOS» do meu querido amigo e parente Pepe Balboa, ó que lle agradezo tanta xenerosidade pola súa parte ó abrirnos de par en par, non só as portas da súa casa, senón tamén as da súa alma que son sempre as máis difíciles de traspasar.
É un libro que nos trae á memoria os vellos tempos dun Beariz de labregos e gandeiros; de canteiros de primeira liña, -como foi seu pai, o tío Balboa- que ían por España adiante á procura de traballo, deixando unha pegada eterna nas pedras que labraban; de mineiros á procura do estaño e do wolfran que lle vendían ós igleses porque llo pagaban mellor…. pero sobre todo, de nais esforzadas, abnegadas e entregadas ós fillos, á familia, ás labranzas, ó gando, en fin, a todo «canto pouco» había, para saír adiante día a día, con sol ou chuvia, tanto daba.
Despois coñecemos as súas andanzas de estudante, de mozo, de «home formal». En fin, ó final decateime que o autor non é UN DE TANTOS, senón un exclusivo, unha excepción entre tanto.
Unha aperta, querido amigo. E que a túa musa nunca te abandoe. Tratáa ben, que vale a pena.
Xesús Antonio Gulías Lamas
Me gustaLe gusta a 1 persona
No sabes cuánto te agradezco, tu comentario, querido y admirado Jesús Antonio. Deseo que tú tampoco dejes de expresar, por escrito, toda tu sabiduría en el el conocimiento de nuestros ancestros y sus tradiciones y comportamientos. Gracias. Un fuerte abrazo.
Me gustaMe gusta
Jose esta entrada me gusta mucho.
Me gustaMe gusta
Gracias Junior. Ha quien dice que le da igual. Yo escribo para que me guste a mí, porque, si ni a mí me gusta, ¿A qyién puede gustar? Gracias, repito.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Además, todos somos en algún momento de nuestras vidas, POQUITA COSA.
Me gustaLe gusta a 1 persona