EL CAMINANTE: VA POR TI, DANI

img_20190724_105134707_hdr656450116725294854.jpgHoy,como cada noche me he sentado a la mesa para dar cuenta de mi frugal cena. Pero hoy lo hice un poco más temprano, porque en vez de sentarme a la mesa con mi soledad, que siempre se sienta en la silla que tu ocupabas, hoy, digo, me he sentado contigo, querido Dani. Y te he servido tu cazuela de gambas al ajillo con cayena que nunca respondía al requerimiento que le hacíamos. Y veo tu sonrisa juvenil que nunca dejabas que se escapara de tu rostro. Le permitías que se asomara a la puerta de tu boca y la mandabas entrar inmediatamente. O no. A lo peor no eras tú quien la encerraba sino la enemiga que vivía dentro de tí y no le gustaba que manifestaras tus ansias de vivir, tu ilusión por seguir compartiendo conmigo y con tu padre esos buenos momentos que nos regalaste. Ah, tu padre. ¡Cómo echo de menos aquellas mini tertulias en que nos metíamos con él. Es el mejor regalo que me hago en estos instantes que te veo sentado al lado del lacón celta que tienes a tus espaldas. Y te veo, entrañable Dani y por mi mente pasan veloces tantas y tantas cosas bellas que nos enseñaste a pesar de tu insultante juventud. Sí, Daniel, tú nos enseñaste a sonreir cuando el alma se está desgarrando de dolor. Tú, Daniel Prado Lamas, nos indicaste el camino para hacer del sufrimiento compañero intransferible y personal que no hay porque compartir con los demás. Tú nos enseñaste que la vida es lucha y no hay que dar nunca por perdida la batalla ni la guerra, por mucha que sea la diferencia entre la fuerza enemiga y la propia.

Han bajado las tinieblas y han apagado la luz, pero junto al lacón celta y delante de la ventana que da hacia Marcofán, yo tengo una luz que ilumina muchos de mis momentos. Esa luz tiene un nombre y unos apellidos que no son nada fáciles de llevar, querido amigo.Que, ¿ por qué? El nombre de Daniel significa entrega, amistad, cercanía y todo eso tienes que darlo caminando por prado muy encharcado, porque si el prado no tiene mucha agua no hace lama. He querido que me regalaras una sonrisa y lo he conseguido. Gracias Daniel. Hasta luego. Tu silla te espera. Tu amigo Pepe.

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