EL CAMINANTE: POR FAVOR, NO…..

Es la segunda vez que me hallo en una situación parecida, pero nada que ver la mentalidad con que me enfrenté a la de hace unos años, comparada con la que viví ayer.

Me explicaré. En un control rutinario que me hago cada lunes, para informar de mi estado de salud al Centro Médico, comprobé una anomalía que ameritaba una consulta con el doctor. Aún siendo de poca importancia mi «avería», el galeno consideró que lo que me sucedía era conveniente que lo juzgara un especialista. Resumiendo. Terminamos en el Hospital. Inmediatamente que accedí a la sala correspondiente, fui objeto de toda clase de atenciones por parte de las facultativas, doctoras y enfermeras. Para seguir con mi particular fortuna, fueron profesionales femeninas las que me atendieron. La amabilidad, cordialidad y profesionalidad de las que objeto, merecen todo mi agradecimiento y consideración. Después de la última prueba realizada en mi persona, había que establecer un receso, o compás de espera, por lo que fui conducido a una gran sala donde había una veintena de pacientes que, me imagino, se hallaban en parecida situación a la mía. Nos separaban cortinas y biombos, por lo que se escuchaba todo lo que se hablaba, ya fuera entre ellos o con el personal que los atendía. Debo aclarar que yo, aparte de lo que los facultativos, en mi caso facultativas, apreciaran, no sentía ninguna molestia que me incomodara. Sin dolencia alguna, en plena posesión de mis facultades, o sea totalmente normal. Pues bien, aún estando así, la cuatro horas que estuve en soledad, en aquella sala, repito, sin molestia alguna, fueron horribles. Todo empezó en el momento que traje a mi memoria a las miles de personas que por mor del Covid 19 murieron en los Hospitales sin la compañía de alguno de sus seres queridos. La mayoría de ellos retorciéndose de dolores. El personal responsable era insuficiente para tender la avalancha humana que requería sus servicios. Se multiplicaban y aún así no podían llegar a tiempo a muchos de los lugares. Pensaba yo en esos ancianos y no tan mayores que clamaban por un beso, una caricia de sus seres queridos, viendo que el manto negro de la oscuridad comenzaba a cubrir sus rostros y cerrar sus ojos llenos de lágrimas. Clamando por alguien que recibiera su postrer suspiro, su beso, su caricia en la mano despidiéndose.

POR FAVOR, seamos responsables. Dependemos mucho de los demás, de los médicos, de las enfermeras, de todos los que intervienen en esos momentos. Incluso dependemos de los que nos gobiernan y desgobiernan, pero, SOBRE TODO, DEPENDEMOS DE NOSOTROS MISMOS. No permitamos que otra etapa como las que hemos vivido aparezca en nuestras vidas. Respetemos a los nuestros, a los que queremos y a los que no conocemos. Y, sobre todo RESPETÉMOSNOS A NOSOTROS MISMOS. NO a reuniones inadecuadas. NO a la falta de una higiene estricta. SÍ a las mascarillas. EVITEMOS NUESTRO DOLOR Y EL DOLOR DE LOS DEMÁS comportándonos como PERSONAS.

2 opiniones en “EL CAMINANTE: POR FAVOR, NO…..”

  1. Muy acertado Don José…. Hay cuidarnos y querernos mucho, para así poder cuidar y querer a los demás. Un saludo y que su salud siga fuerte como un roble. Un fuerte abrazo desde la cálida Caracas.

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