Habíamos salido mi esposa y yo a realizar unas gestiones y al regreso a nuestra casa nos encontramos con un coche, para nosotros desconocido, justo aparcado frente a nuestra vivienda. A los pocos momentos dos rostros familiares, pero que en el momento no supe reconocer, se presentan luciendo las mejores de sus sonrisas. A decir verdad eran muy bellas, ignoro si tendrán otras más luminosas, aunque lo dudo porque, realmente estas lo eran. ¡¡¡Quién iba a pensar encontrar en Os Cotiños dos fuentidueñeros de pro de esa manera tan sorpresiva!!! Pues, sí Isabelita Ontana y y su esposo Jesús eran los propietarios del mencionado vehículo. Llegaron y no había nadie en casa y, como buenos fisgones de Fuentidueña, la una y de Tarancón el otro, se fueron a curiosear por la aldea. Inesperada la sorpresa, tanto como como ilusionante. Después de los saludos propios del feliz encuentro siguió un pequeño coloquio sobre nuestras vidas en el mundo de la música. Por cierto, cundo me dijeron que a la Murga le fue concedido el titulo de Ballenera, confío tengan un poco en cuenta a los que un día la hicimos grande también: Máximo, Casi, María del Pilar, mi esposa y tantos otros que ya no están físicamente, pero que deben perdurar en el recuerdo y en el discurrir de la historia de tan simpático grupo musical y de tan arraigado espíritu popular. Muchísimas gracias Isabel y Jesús por honrarnos con vuestra ilusionante presencia en esta, desde ya, vuestra casa. desde el momento que os adentrasteis en ella os hicisteis acreedores a su propiedad.
Como la hora lo propiciaba, y, además se daba la feliz coincidencia de que mi hijo Jorge Alejandro y su familia también habían venido a visitarnos, tuvimos la feliz ocurrencia de la frase de San Benito, donde comen cuatro comen cinco. Compartimos mantelitos y sobre ellos el menú que Lorena nos brindó y, en feliz convivencia compartimos unos bellísimos momentos para el recuerdo. ¡Que bello es vivir y compartir! Gracias a todos por estar ahí. Bueno, y de vez en cuando venir por aquí.
Relatos del caminante 
Muchas gracias, a ti Pepe y a tu esposa Lorena, por vuestra acogida. Aunque teníamos duda si desviarnos de nuestra ruta para visitaros, por las horas que eran, fue una gran idea y salimos llenos de satisfacción por vuestro recibimiento. Tuvimos la oportunidad de conocer vuestras raices y compartir momentos vividos en Fuentidueña. Gracias Lorena por recibirnos como si nos conociésemos de siempre y por esa comida «tan rica» que pudimos degustar. Ya sabéis que cuando vayáis a Fuentidueña, os debemos una. Nos encantó, también, compartir y charlar con Jorge y su familia, y también con Jose. GRACIAS, GRACIAS POR TODO!!
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