Mes: enero 2020
EL CAMINANTE Y SU ÚLTIMO PARTO
Dedicado a mi hermana Remedios que hace unos días se fue a disfrutar de lo Eterno. Para tí, que me enseñaste a dar los primeros pasos y me tuviste en tu colo cuando niño, para tí que eres modelo de hija, hermana, madre y abuela, para tí va hoy todo mi amor.
A lo mejor suena mal, sin embargo, es tan real como la vida misma. No recuerdo cuándo comenzó este embarazo. Posiblemente sea sietemesino, pero no puedo asegurarlo. ¡Cómo intento recordarlo si no me acuerdo de lo que almorcé hoy! Ignoro, con exactitud, la hora que es. Sé que pronto será la amanecida del nuevo día. Me siento el más feliz de los mortales: Acabo de alumbrar mi última novela «La Fuerza de los helechos». No quiero leer nada de lo escrito, porque, con seguridad que eliminaría el noventa por ciento de su contenido. Confío que la bondad de que mis lectores, una vez más, sean benévolos conmigo y la reciban con el mismo cariño que yo le puse para escribirla.
Si tenéis que castigar a alguien, que sea a mí, pero a ella, por favor, tratarla como habéis hecho con mis otros libros. Os prometo que intentaré cada día hacerlo mejor, confío conseguirlo y si aún, de ese modo no alcanzo el propósito que intento lograr, dadme un empujoncito que seguro que así lo alcanzaréis. La cuesta se me empina, la meta está lejana, pero en sabiendo que allí me esperáis, no hay pendiente que me rinda. LA FUERZA DE LOS HELECHOS es mi modelo de superación. Jamás llegaré a ser así, sin embargo, me motiva para que lo intente. Mujer, tú eres la Reina de la creación. ¡Qué maravilla ser mujer! Tú tienes: LA FUERZA DE LOS HELECHOS.
EL CAMINANTE Y LOS PEREGRINOS
Hace unos días nos honraron con su presencia medio centenar de Peregrinos que hacían el Camino de Santiago por la rua CAMINHO DA GEIRA E DOS ARRIEIROS. Coordinaba el peregrinaje una empedernido «Corre Caminos» y sobre todo gran persona, Ramiro.
Ramiro, como digo, ha hecho el Camino de Santiago en muchas de sus versiones y me expresó su admiración y respeto por el que estaban haciendo O Caminho da Geira e dos Arrieiros. También me dijo que como Peregrinos eran muy buenos, sin embargo como fotógrafos, su técnica era un poco. de aquella manera. Yo no le creí y quise probarlo.
La verdad que algo de razón, sí creo que tiene, aunque es fácilmente perdonable. Eso sí me prometió que la próxima vez que nos honre con su presencia habrá practicado más.Llovía a cántaros, pro eso no era obstáculo para que los intrépidos cejaran en su empeño de seguir hacia la Casa de Santiago. Allí les espera el Santo con los brazos abiertos.
Queridos amigos, el haber hecho el Camino, quiero honrarme con vuestra amistad y aquí me teneis a vuestra entera disposición. Gracias Ramiro por tu cordialidad, a tí y a todos los que comparten esa ilusión y ganas de vivir, BUEN CAMINO por la vida
Me encantó que el numeroso grupo era oriundo de los alrededores del la Estrada. El hecho de que unos días de esfuerzo y duro peregrinaje espiritual y humano, aglutine a personas tan variopintas. FELICITACIONES.
EL CAMINANTE LLORA POR PAPO RUBIO
Cuando el corazón se oprime y la respiración se te hace dificultosa, lo mejor es llorar. Hoy mi corazón tocó a maitines y del despertar fue angustioso. No es fácil explicarlo, porque por sí solo se define. Cuando algo que tropiezas con ello se convierte en una parte de tu todo y de pronto se desprende de tí, sientes un desgarro tan brutal que, solo tú eres capaz de comprender. He aquí la razón de mi llanto y mi dolor.
Llevaba algunos días sin verlo. Solo Pico Amarillo viene a su cita diaria, si no encuentra algo mejor por los alrededores, y yo le preguntaba si no sabía por dónde andaba Papo Rubio. Ni caso me hacía. Hoy he salido a dar una vuelta por el campo, por los caminos y trochas del entorno y al llegar a la encrucijada del camino Ancho con la carretera, allí estaba, entre la hierba. Con el ánimo contrito y los ojos llenos de lágrimas lo tomé entre mis manos. Lo contemplé con la fuerza de un titán para ver, fatua ilusión, por si desde mis adentros podría insuflar un hálito de vida a mi, otrora, juguetón Papo Rubio. De nada sirvió cuanto intenté.
Solo pude apoyarlo en mi colo, donde la intercomunicación de sentimientos no tiene parangón y con susurros que estoy convencido él escuchaba, agradecerle todos los muchos momentos bellísimos que me regaló. Siempre estarás en mi recuerdo, adorable Papo Rubio, hijo. Al igual que hiciere con su padre, en el lugar más bello de mi jardín, todo el monte es mi vergel, al pie de un acebo le di sepultura, sobre la que coloqué una ramita de brezo.