Mes: julio 2018
¡QUÉ TORNADIZOS SOMOS LOS HUMANOS!
Ya conoceis, los que seguís mis escritos, que no le pongo barreras ni al campo ni al viento. Por razones que en su día manifesté, dejé de criar cerdos Celtas y las fincas por donde ellos corrían, quedaron sin un cometido aparente. Al cabo de poco tiempo se me acercó una pareja joven y me preguntaron si les permitía colocar una colmenas donde antes tenía los cerdos. Me faltó tiempo para decirles que sí. Que dispusieran de las fincas para lo que fuera menester. Encima, si era para cultivar miel, les dije que yo pondría las hojuelas debajo. Dicho y hecho. Sin que yo pusiera condición alguna, me ofrecieron un kilogramo de miel por cada colmena que colocaran en mis terrenos. Tampoco tuve voluntad para oponerme a tan dulce oferta. Precisamente yo soy un enamorado de lo que producen las abejas. Todo venía rodado. Me había venido Dios a ver. Trajeron cerca de un centenar de colmenas y a mí me dan cada año casi un centenar de botes de la más dulce miel que han disfrutado los siglos. Bastante vale la miel de la Alcarria, donde fijé mi residencia recién casado, comparada con la que producen mis abejas de Arduina. Cada mañana me desayuno dulcificando mis alimentos con el rico manjar, producto de mis abejas. Y desde mi mesa les mando las más expresivas gracias por hacerme la vida tan dulce.
Para que mis abejas tengan sitios más cercanos donde libar el néctar de las flores, planté cerca de donde ellas tienen su residencia, un centenar de castaños. Alrededor de los árboles, ha crecido mucho la hierba y los ahoga. Hoy me fui con mi desbrozadora para dejarlos libres de las malas hierbas que no les permiten crecer libremente. Comencé lejos del lugar que ocupan las casitas de mis dulcificadores insectos. Yo no molestaba a nadie, nadie me molestaba a mí. Todo perfecto. Nunca llegué, en mi labor de limpieza, a menos de 60 metros de las colmenas. Eran. más o menos las 6 de la tarde. De pronto, un picotazo en la cabeza. Inmediatamente otro y seguidamente dos más. Otra me clavó el aguijón en el costado izquierdo. Sin terminar de espantar la que me clavó su aguijón en el costado, ya estaba otra hermana suya clavándomelo en el omóplato del mismo lado. Tiré la desbrozadora por los suelos. De un manotazo mandé la careta protectora lejos de mí. Mis manos parecían aspas de molinos de viento y ni así era capaz de sacarme de encima a los enrabietados bichitos a quienes el dueño de los terrenos no les merecía ninguna consideración. Ellas que, unos momentos antes eran merecedoras de todos mis elogios y agradecimientos, y gozaban de un «status» muy especial en mi consideración, se habían convertido en mis más crueles enemigas de las que renegaba con toda mi alma. Maldije una y mil veces su crueldad para conmigo. En nada tenía en cuenta los momentos felices que me regalaron haciendo mi vida mucho más agradable de lo que lo hubiera sido sin su magnífica y dulce aportación. ¡ Cuán tornadizo es el ser humano! Con qué pocos motivos cambia el rumbo de sus criterios. Pero así somos. Cuando regresé a casa me tomé un poco de leche endulzada con la miel de mis abejas. Eso sí, con la lección bien prendida: Es de obligado cumplimiento respetar los espacios de los demás, incluso de aquellos cuyo tamaño puede parecer irrelevante.
LA VIDA ES GENEROSA
UN MUY FELIZ ENCUENTRO CON UN JOVEN DE 97 AÑOS
Sí, la vida es generosa, solo quiere que tú le correspondas en las medidas de tus capacidades. Hoy he tenido un encuentro muy agradable, sumamente agradable. Saliendo del edificio del Concello, hallé una familia que se dirigían al mismo edificio que yo acababa de abandonar. Una señora joven ofrecía el brazo a un hombre, en apariencias, de avanzada edad. La señora al verme, intentó hacer las presentaciones, pero él se adelantó y me llamó por mi nombre. Me sentí muy alagado. Llevamos bastante tiempo sin vernos. Me hacía un gran honor. Pero el colmo del placer me llegó cuando, inmediatamente después de los saludos protocolarios me dijo que el motivo de visitar el Ayuntamiento, no era otro que la adquisición de mi nuevo libro, ya que la lectura de UNO DE TANTOS, de tal manera le satisfizo, que está deseoso de comprobar si MERECE LA PENA, hace honor a su título.
En esta imagen, el nieto está leyendo UNO DE TANTOS y al encontrarse con el nombre de un juego «a billarda» que el abuelo y el autor jugaron en sus años jóvenes, le pregunta, en qué consistía la tala diversión.
Tengo que reconocer que los breves momentos compartidos con un joven de 97 años, fueron tan breves como intensos. Como testigos de nuestro encuentro, fueron su hija Pura, Científica en la Universidad de Navarra, dos nietecitos y una sobrina. Saludo protocolario al alcalde Don Manuel Prado y unos instantes para recordar tiempos pasados que ni fueron mejores ni peores, sencillamente, diferentes. Cada época tiene sus pros y sus contras y lo importante es ser conscientes de ello. Así piensa un hombre de 97 años cuya cabeza, maravillosamente amueblada, conserva sus formas, su color y la sensatez de saber de sus limitaciones. Muestra inequívoca de de la solidez de su mueblería. Loor y gloria a quien loor y gloria merece.
FERIA DE SAN PEDRO. COMIDA «NA CARBALLEIRA» (BIS)
Me han llamado, personas muy amables, diciéndome que, ¿Cómo era posible, que hiciera tales elogios de la «Carballeira de San Pedro» y publicara una fotografía tan poco representativa de los encantos de nuestro bello paraje. Estoy totalmente de acuerdo y en repuesta a esa realidad, ahí van quienes así lo atestiguan.
Beariz tiene en la Carballeira de San Pedro, el lugar más bello y acogedor, que uno se pueda imaginar, para disfrutar de vistas bellísimas, reponer fuerzas, si lo necesitas, sentarte a la sombra de «carballos»
centenarios que te brindan sombra de aromas y susurros de canciones celestiales. Por algo está allí la Capilla del Apóstol Pescador. En fin todo lo que una
persona precisa para ser feliz. Bien es sabido que en la tierra no se puede conseguir la felicidad absoluta. Ahí aparece la faceta terrenal de la paradisíaca «carballeira»; No hay quien te brinde un trozo de pan
para echarte a la boca, si tu no lo llevas. Desde hace unos diez años, se ha reanudado una feria, otrora abundante en toda clase de mercaderías, tales como menaje, ropa, calzado, animales de todos los tamaños y condición, reducido ahora, la tal feria a un mercadillo al que buhoneros de diferentes lugares y condición, llenan de ropas menajes, frutas, verduras, en fin todo lo que la sociedad moderna utiliza para su cotidiano vivir. Adolecía, la moderna feria, de eso, de comida, por lo
que la asistencia del público no era muy abundante, pero desde hace dos meses, a un restaurador de la zona, le sugerimos la idea de que montara una «jaima» y ofreciera lo más corriente en estos casos, pulpo a feira», carne «o caldeiro», buen vino, buen pan y unos postres propios de la tierra. Así lo hizo nuestro hombre y la asistencia de público aumentó considerablemente de manera esperanzadora. Definitivamente, todo el mundo, pero de manera especial, los gallegos, donde
haya comida, allí están haciendo buenos muchos refranes que nos definen. Bienvenida Feria de San Pedro y tú, Dueño de las llaves de la puerta del Cielo, que tienes tu Capilla en el centro de la «carballeira» danos salud para que vengamos a rendirte pleitesía los 19 de cada mes. Y lo hagamos muchos, pero que muchos años. Es nuestro deseo y como tú nos quieres mucho….
OS COTIÑOS SE VISTEN DE LUTO
Una vez más, la fatalidad hizo acto de presencia en Os Cotiños. Ignoro las causas o causa que lo motivó, pero esta mañana, cuando fui a dar y recibir los buenos días de mis matutinos amigos cantores, me encontré con la desagradavilísima sorpresa de que en lugar de escuchara los trinos de Pico Amarillo y los regorgiteos de Papo Rubio, en el durmiente de la ventana, donde todos los amaneceres picoteaba el cristal, si no había comida, estaba Papo Rubio en una postura que me sobrecogió. Abrí inmediatamente y lo único que conseguí fue corroborar lo que ya me estaba temiendo
Lo cogí entre mis manos y comencé a darle calor y acariciarlo. Todo inútil. Incluso lo coloqué en la posición que él adoptaba todas las mañanas, siempre que se acercaba a comer. De nada sirvieron mis caricias. Papo Rubio, mi amigo del alma, había dejado de existir. Seguro que su energía había pasado a mejor vida. Allí quedó el vehículo que lo llevaba por el mundo en busca de experiencias nuevas. Ahora ya nunca más vendrá a picotear en mi ventana. Nunca más.
Se fue su padre, ahora él. Así es la vida. Como hice en su día con su progenitor, también ahora le llevé a un lugar especial que tengo para ellos. Cavé una pequeña fosa, lo envolví en un paño blanco y lo deposité con el pico hacia poniente, como se entierran a los Celtas, ya sean pájaros, aves, personas o cualquier clase de animales. Lo hacía antes cuando moría alguno de mis cerditos Celtas. Siempre mirando hacia poniente, siguiendo la ruta del Sol. El Astro Rey ha sido siempre nuestro referente. Feliz eternidad, energía de Papo Rubio y muchas gracias por los buenos momentos que me has regalado. Te recordaré siempre, querido amigo. Le dí sepultura en el mismo lugar en que lo encontré, al caer del nido. Allí yace para siempre mi lindo Papo Rubio.
MIRA QUE ME VOY
Es una frase muy recurrente que todos hemos utilizado, unos más y otros menos, en el transcurso de nuestras vidas. De niños, a nuestros amigos, cuando nos necesitaban para «hacer un pie» en cualquier juego. A nuestros hermanos mayores cuando necesitaban algo de nosotros. A nuestros hermanos menores que nos pedían auxilio por cualquier situación que vivían. La respuesta era esa «mira que me voy» o alguna muy parecida. Incluso el empleado bueno que se siente querido y respetado por su jefe, se la dice, algunas veces medio en broma, otras sin el medio. Más de un pretendiente enamorado e interesado por alguna cosa que le era negada, amenazaba a su amada con el «mira que me voy». Nada más lejos de sus intenciones, mas era una manera de conseguir el objetivo que se le negaba. Hoy debe ser menos frecuente pero, sin lugar a dudas que aún se debe escuchar la recurrida frasecita de » o me dejas en paz o mira que me voy. De cuántas y cuán variadas artimañas. Os lo pregunto sin esperar respuesta¿Aún la practicais? Resulta divertido comprobarlo. Seguro. No me digais que no, «mirad que me voy» Y lo hago a dormirme. Buenas noches.
EL CAMINANTE SE LO AGRADECE
En la fotografía, el Caminante acompañando a Doña Lilia y a Don Antonio en su casa de Parada de Sil. No puede ser de otra manera. Agradezco al magnífico Escritor Antonio Carreño, el artículo que publicó en el día de hoy en el periódico La Región de Orense, hablando sobre mi novela MERECE LA PENA. Sabiendo de lo riguroso, honesto y crítico que es el hombre que, con toda seguridad, mejor conoce todo lo que se relaciona con Lope de Vega y otros autores del Siglo de Oro Español, no puedo sino decirle con toda humildad:Gracias Maestro. Antonio Carreño, pasará, de hecho ya lo está, como uno de los escritores más significados de nuestra época. A su prolija y admirable obra literaria, hay que ponerle el sello del rigor científico que él, con su trabajo, le imprime y con su bien decir, la convierte en auténtica y admirable obra de arte. A continuación, como digo al principio de mi escrito adjunto el artículo que el Doctor en Lenguas Románicas, entre otros muchos títulos, tuvo a bien dedicar el Maestro, a mi novela MERECE LA PENA .
UN DÍA MARAVILLOSO
Hoy es un día especial. Realmente, todos los días son especiales, pero el de hoy, 13 de Julio, es el aniversario de un acontecimiento que marcó mi vida con un sello indeleble que durará hasta el final de mi existencia. El 13 de Julio de 1.963 nació Beatriz, la mayor de mis hijos, quien al segundo de nacer se convirtió en mi PARTE LUMINOSA. Hija, a esas 55 rosas que te mandó tu marido, tú te encargaste de llenarlas de aroma con tu actitud de excelente persona. Una vez más hija, gracias
Siendo los cuatro, unos hijos maravillosos, ella es el faro que ilumina mi caminar por la vida. Lo era cuando su Madre compartía físicamente nuestro vivir y lo sigue siendo ahora que su cuerpo, como tal, ya no está entre nosotros. Hija, gracias por estar ahí, por ser la esposa que eres, la madre amante de esos tres entrañables hijos, la hermana, siempre presta a lo que tus hermanos necesiten, la amiga que nunca defrauda, la conversadora elocuente y acertada dispuesta al diálogo alentador. En fin gracias por ser y saber ejercer tan difícil papel de adorable HIJA. Gracias, amor. Sigue cumpliendo para deleite de todos los que tenemos la fortuna de gozar con tu existencia. GRACIAS DIOS por tan grandioso regalo.
CON DOS DE MIS HIJAS EN LA OPERA
LUCIA DI LAMMERMOOR
Los Reyes Magos de las pasadas Navidades, ya lo comenté en su momento, fueron muy generosos conmigo. Entre los regalos que SS. DD. Majestades me trajeron, había una invitación para la Ópera. Y no era una pieza cualquiera, todas tienen su encanto, sino para una muy especial. Sabedores mis hijos de mi devoción por el teatro musical y sobre todo, por el que eleva a cotas infinitas, cual es la ópera, me regalaron una entrada para el día que en el Teatro Real de Madrid se pusiera en escena una de mis piezas favoritas,
LUCIA DI LAMMERMOOR del Maestro Gaetano Donizetti. En el día de hoy, al magnífico elenco que la representaba , lo encabezaba el inconmensurable Tenor Javier Camarena y la Sprano Lisette Oropesa. Todos los intérpretes estuvieron a la altura que se esperaba de ellos, maravillosa actuación, pero tanto Lisette como Javier, rompieron todos los techos imaginables. Dueños de unas voces privilegiadas, hoy, además, los dioses se aliaron con ellos y nos deleitaron con la representación de una LUCIA que los propios ángeles serían incapaces de igualar. Los impactantes registros en las diferentes escenas, nos hicieron
levantar de los asientos. Los pianos de Lisette, a los que en determinados momentos daba la réplica un exquisito Flautista, quien parecía encerrar en su delicado instrumento, la voz de la misma Soprano. Esas octavas de Javier que hacían vibrar las paredes del Teatro Real. Las melodiosas voces del Páter (bajo) y del «malísimo» hermano de Lisette (barítono) no les iban a la zaga a los dos protagonistas de la genial creacción de Donizetti. A los encantos de la música de Donizetti, pra mí, el libreto de Salvatore Cammarano, tiene el plus de estar inspirado, eso sí, con mucha libertad, en luna de las obras de mi Escritor favorito, en mi primera juventud, Walter Scott, cuyo título no era otro que The Bride of Lammermoor
Valga este breve comentario para haceros partícipes de una noche memorable de la que os haré más amplio comentario cuando regrese a mis añorados Cotiños
EL CAMINANTE NO PONE BARRERAS AL CAMPO
FERIA EN FEÁS.
No hay cosa más fácil que dejarse llevar.
-Prepárate que el día 8 tienes que presentar UNO DE TANTOS y MERECE LA PENA en la Feria de Feás.
Quien así se expresaba era Ana Rodriguez, mi diligente Mánager. Imposible, le contesté. El día 8 me marcho a Madrid, en tren. Ya tengo el billete para las 13 horas. Discutimos el tema. Desde mi posición, eran incompatibles la Feria de Feás y la presentación de mis libros en la resucitada Feria del pueblo que está incurso en el Concello de Boborás.
Como fácilmente se puede deducir, salí perdiendo y a las 11,30 estaba firmando libros en el bellísimo Parque, al que, cual Ave Fénix han hecho resurgir y con él, la desaparecida expresión de compra-venta de toda clase de menajes, comidas y todo lo propio de los diferentes mercadillos que abundan por toda la geografía española. Ya no hay, como sucedía antaño, ni vacas, ni caballos ni animales de la raza porcina o de la ovina, pero no falta donde invertir el dinero, en ropas y toda clase de alimentos. Patricia Torres,
miembro del Concello de Boborás, alma mater de este renacido evento, era la encargada de presentar todas las manifestaciones culturales que dan vida a la soleada mañana del mes de julio. Grupo de Gaitas que expanden sus bellos sonidos por toda la “Carballeira”. Un caballero, versado en historia que hace un recuento de los aconteceres vecinales en los dos últimos siglos. Toda clase de buhoneros que pregonan las bondades de sus productos y, lo más importante, una masiva afluencia de público que va llenando el campo ferial. Mi Mánager, con su carisma de buena vendedora, y el impagable apoyo de Amparo Salceda, vecina de Feás y entusiasta lectora de mis libros, me ordena sentarme en una silla que mandaron ponerme al lado de una sencilla mesa y comenzó a darme nombres de personas que solicitaban ejemplares y querían que se los dedicara.
En menos de una hora que era el tiempo máximo de que disponía para no perder el tren que debía tomar en Orense, vendimos más de una veintena de UNO DE TANTOS y de MERECE LA PENA. El hecho de que el producto de las ventas vaya destinado a obras benéficas, el primero contra el ALZHEIMER y el segundo para la FUNACIÓN MENUDOS CORAZONES, sin duda mueve conciencias. Una mañana plena de éxitos. Asistimos al resurgimiento de una Feria que permanecía en estado letárgico desde hace muchos años, y gracias al coraje de un grupo de personas capitaneadas por la encantadora Patricia Torres, reinicia una nueva etapa que auguramos y hacemos votos porque así sea, larga y venturosa. Vendimos una cantidad considerable de libros, para una buena causa, Sentimos el calor de personas que nos respetan y consideran, estoy llegando a Madrid, escribiendo esta crónica, al encuentro con mis hijos y mis nietos. ¿Qué más puedo pedir a la vida? Solo se me ocurre dar, gracias a Dios y seguir. Seguir hasta que mi línea se convierta en segmento. Deseo que tarde en producirse tal situación. Es solo un deseo, pero muy sincero.