En la canción andaluza se reflejan de manera extraordinaria los sentimientos en sus variadas manifestaciones. En una de ellas dice: «Algo se muere en el alma cuando un amigo se va… Y va dejando una huella que no se puede borrar». En efecto, el Doctor Don José Dobarro Casado se jubiló después de haber ejercido como Médico de Familia en Beariz dieciocho años durante los cuales hubo momentos muy complicados. Uno de ellos fue la última denominada Pandemia del COVID 19. Por su virulencia, en España perecieron muchas personas, sobre todo de edades ya avanzadas. Galicia, como todo el rural español, tiene una población de muy avanzada edad y Beariz es un ejemplo de esa situación. Gracias a que el Doctor Dobarro une a su basta formación como Médico de Familia, la de Epidemiólogo, nuestro Municipio se vio muy favorecido de esas capacidades. Y fue en Beariz donde se le rindió un merecido homenaje con un sencillo almuerzo popular en el que también participó su actual equipo y, cómo no Beatriz, la anterior celadora de tan buen recuerdo a su paso por nuestro pueblo como persona y como escritora. Como no podía ser menos, nuestro admirado y entrañable doctor estuvo acompañado de su encantadora esposa y una de sus bellísimas hijas.

Como a todas las personas, al muy querido y respetado Doctor Dobarro le llegó la hora de jubilarse y dedicar su vida a su gran afición, al margen de la medicina que no es otra que cuidar de sus abejas. Si apasionado fue y sigue siendo de la medicina, no lo es menos en el cuido de sus colmenas. Después de unas breves palabras que le dedicó nuestro alcalde Don Manuel Prado López, una vez más nuestro Doctor quiso dejar patente que su corazón sigue aquí en Beariz y que nadie dude en acudir a él si necesario fuere.

Muchísimas gracias Doctor por todo lo que nos dio y sigue dando. Por razones que usted y yo sabemos, para mí es mi querido «Papi», porque si aún puedo seguir aquí y escribiendo estas letras, se lo debo a usted.

