Hace unos instantes salía del Museo del Prado. Antes de seguir, recomiendo a los que tengais la oportunidad de ver la Exposición que hay, de Pinturas de Ingres, no podeis perderosla, Sencillamente GENIAL No soy quien, ni tengo autoridad para ello. En absoluto cometería esa osadía de dar una opinión objetiva y medianamente técnica y artística sobre la pintura de Jean-August Dominique Ingres. Doctores tiene la Iglesia para ello. Sin embargo no puedo sustraerme a la tentación de hablar de la transparencia del alma y de la vida interior de las mujeres que retrata. Al igual que afloran las carnes debajo de las puntillas de sus vestuarios, asoman los pensamientos e inquietudes que fluctuan en el sentir de las damas que plasma en sus lienzos. Formas increiblemente sensuales. Sonrisas que se quedan en el amago para dejar libertad de pensamiento a quien las contemple. Provocación descarada de los deseos, sin caer en obscenidad de revelarlo. Que el observador vea y sea consecuente con lo que se le ofrece.
Nunca Ingres quiso caer en la pintura del retrato. Bendita la hora en que las circunstancias más diversas le condujeron a ello. He dado mi opinión absolutamente subjetiva sobre lo que contemplé en los retratos femeninos, pero en los que realizó a de la alta sociedad, no le van a l zaga. Napoleón, Aquiles, Patroclo y otros muchos viven con su propia esencia en los lienzos de Ingres. Pero si a elegir me obligan, ninguno como el que realizó a Monsieur Louis Francois Bertin. Este caballero, tan bien retratado por Jean-August, es el que enseñó el camino a recorrer a Charles Foster Kane, aquel niño criado en los arrabales de un pueblucho de Colorado, inmortalizado por Orson Welles en el film Ciudadano Kane. De este cuadro de Ingres pintado a Bertin, me niego a emitir ningún criterio. Hay que verlo y deleitarse haciéndolo. Su porte. El reflejo de su indomable personalidad….Me niego a seguir. Por favor, si podeis ver la Exposición.