A ciertas edadaes, la colaboración de los demá, se hace cada día más necesaria. Cuando construyes una casa y montas los servicios, rara vez te situas a bastantes años después de la ejecución de las obras. El tiempo pasa y realizar ciertas labores,. se hace más oneroso. Tal me ocurre a mí, con la situción de donde toma la calefación y la cocina el alimento para su combustión. Hace algunos años había un repartidor del propano, que me solucionaba todos los problemas. Pero Manoliño, así se llamaba el señor, se jubiló. Yo temí quedarme desamparado del buen servicio que él me prestaba. Pero hete aquí, que apareció en escena, otro caballero haciendo el reparto, quien no solo igualó a mi recordado Manoliño, sino que casi lo mejoró. Digo casi, refiriéndome solo al tal servicio del combustible, porque hoy me sucedió algo con él, que sobrepasa todo lo pensable. Cuando esta mañana vino acomprobar el estado de las bombonas de propano, por si necesitaba reponerlas, le aboné cuatro que le adeudaba y, como muestra de mi agradecimiento a sus buenos oficios, le regalé uno de mis libros UNO DE TANTOS. A la vez que, accediendo a su solicitud para que se lo dedicara, mientras lo escribía, se me ocurrió hacerle un comentario, un poco jocoso, de que hiciera, ante sus clientes, propaganda del libro. Tan a pecho se lo tomó, que, en menos que lo digo, el extrovertido «Butanero», se convirtió en el más eficiente vendedor de libros que, en mi larga existencia, he conocido. Tanto es así que en menos de media hora, sin dejar sus labores, había puesto en el mercado 7 libros y uno en el escaparate de una céntrica librería. El hecho, que no parece sino anecdótico, demuestra la necesidad que tenenmos las personas de comunicar nuestras inquietudes, nuestras pequeñas cosas y hacer partícipes a los demás de ellas. Al instante, te sientes gratificado de comprobar la calidad humana de las gentes con las que compartes momentos sencillos y que, en nunca o casi nunca te habías parado a pensarlo, perdiendo con éllo la oportunidad de gozar de las pequeñas coss que son las que, realmente, hacen grande la vida.
Nacho, desde mi humilde Atalaya, te mando mi más sincero reconocimiento, al mismo tiempo que te felicito por contribuir, con tu colaboración, un poco más de avance para llegar a ganar la batalla a esa terrible enfermedad, para la que va dedicada la venta de UNO DE TANTOS. Gracias. Muchas gracias.