Se puede pensar que a aparición de nuevos personajes en este particular Zoo, implica que los otros desaparecen Nada tan lejos de que así suceda. Salvo en el caso de Papo Rubio que murió y Poquita Cosa que fue adoptada, ella y sus hijos, los demás siguen viniendo, con más o menos frecuencia, pero cuando les conviene aquí los tengo y siempre con mucha complacencia. Por supuesto que después de morir Papo Rubio, a los pocos días apareció su
hijo Rubiales. Además, éste viene todos los días. Dado el raro Otoño que hemos vivido, en el campo hubo muchos insectos hasta la llegada de los fríos invernales y eso les permitía tener abundante alimento por los prados, ribera de los ríos e incluso por el monte. No falta ni uno de los que comenzaron. Ah, y cada día aparecen algunos nuevos, perros o gatos, sobre todo.
Poquita Cosa y sus tres hijos, también se encuentran muy bien en sus nuevos domicilios.
Cada día aparecen, como digo, nuevos inquilinos que son bien recibidos, pero con reservas.
Comer y marcharse. Aquí ya no cabemos más. O sea que parada, sí. Pero parada y fonda, no. Lo cierto es que me hacen muy feliz, ver cómo llegan, sacian su hambre y siguen su camino.
Hola Balboa, soy Leo. No siempre comento, pero nunca me pierdo las entradas de tu blog. Hoy voy a tu presentación en Cerdedo, con muchas ganas de verte. ¡Y gran entrada, como siempre! Me alegra de que gente como tú exista, si no este mundo sería muy distinto.
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Gracias Leo. Eres un CAMPEON. Sí, con mayúsculas. A seguir creciendo, como joven y como persona. Un abrazo.
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