Ayer fue un gran día. Nos dedicamos a recoger la mies de lo cosechado. No me llameis soberbio, engreido, u otras lindeces a las que me hago acreedor. Os lo pido por favor, no lo hagais. Tomar mi escrito de hoy, desde otra perspectiva: Desde la de un abuelo que contempla cómo lo que Élla sembró, mis hijos y sus parejas cultivan con mucho esmero y sacrificio y hoy hemos recogido algo de esa siembra.
A uno de mis nietos, universitario él, le entregaron la nota del último examen realizado, Márketin. Para no desentonar de las otras también en esta obtuvo la nota de Matrícula de Honor con Excel
ncia. El nieto que le sigue en edad, de otra hija, se graduó de Bachiller. Ingresa en la Universidad. La nieta mayor, 14 añitos, pasa el exámen de inglés, en colegio británico, con muy buena nota. La Princesita más joven, hermana de la anterior, con sigue, en Gimnasia Rítmica a nivel regional, el número uno, subiendo a lo alto del podium.
¿Decidme si no es para estar contento y compartir con todas las personas que me quieren, todos vosotros, mis bellas y encantadoras damas y vosotros, sufridos caballeros que haceis un poco de sacrificio para leer mis comentarios? Hay otra razón muy poderosa que me permite hacerlo: Mis setenta más doce que pronto cumpliré. Si a esta edad no puedo decir lo que quiero, siempre que con ello no ofenda a nadie, ¿Cuándo lo podré hacer?