FERIA EN FEÁS.
No hay cosa más fácil que dejarse llevar.
-Prepárate que el día 8 tienes que presentar UNO DE TANTOS y MERECE LA PENA en la Feria de Feás.
Quien así se expresaba era Ana Rodriguez, mi diligente Mánager. Imposible, le contesté. El día 8 me marcho a Madrid, en tren. Ya tengo el billete para las 13 horas. Discutimos el tema. Desde mi posición, eran incompatibles la Feria de Feás y la presentación de mis libros en la resucitada Feria del pueblo que está incurso en el Concello de Boborás.
Como fácilmente se puede deducir, salí perdiendo y a las 11,30 estaba firmando libros en el bellísimo Parque, al que, cual Ave Fénix han hecho resurgir y con él, la desaparecida expresión de compra-venta de toda clase de menajes, comidas y todo lo propio de los diferentes mercadillos que abundan por toda la geografía española. Ya no hay, como sucedía antaño, ni vacas, ni caballos ni animales de la raza porcina o de la ovina, pero no falta donde invertir el dinero, en ropas y toda clase de alimentos. Patricia Torres,
miembro del Concello de Boborás, alma mater de este renacido evento, era la encargada de presentar todas las manifestaciones culturales que dan vida a la soleada mañana del mes de julio. Grupo de Gaitas que expanden sus bellos sonidos por toda la “Carballeira”. Un caballero, versado en historia que hace un recuento de los aconteceres vecinales en los dos últimos siglos. Toda clase de buhoneros que pregonan las bondades de sus productos y, lo más importante, una masiva afluencia de público que va llenando el campo ferial. Mi Mánager, con su carisma de buena vendedora, y el impagable apoyo de Amparo Salceda, vecina de Feás y entusiasta lectora de mis libros, me ordena sentarme en una silla que mandaron ponerme al lado de una sencilla mesa y comenzó a darme nombres de personas que solicitaban ejemplares y querían que se los dedicara.
En menos de una hora que era el tiempo máximo de que disponía para no perder el tren que debía tomar en Orense, vendimos más de una veintena de UNO DE TANTOS y de MERECE LA PENA. El hecho de que el producto de las ventas vaya destinado a obras benéficas, el primero contra el ALZHEIMER y el segundo para la FUNACIÓN MENUDOS CORAZONES, sin duda mueve conciencias. Una mañana plena de éxitos. Asistimos al resurgimiento de una Feria que permanecía en estado letárgico desde hace muchos años, y gracias al coraje de un grupo de personas capitaneadas por la encantadora Patricia Torres, reinicia una nueva etapa que auguramos y hacemos votos porque así sea, larga y venturosa. Vendimos una cantidad considerable de libros, para una buena causa, Sentimos el calor de personas que nos respetan y consideran, estoy llegando a Madrid, escribiendo esta crónica, al encuentro con mis hijos y mis nietos. ¿Qué más puedo pedir a la vida? Solo se me ocurre dar, gracias a Dios y seguir. Seguir hasta que mi línea se convierta en segmento. Deseo que tarde en producirse tal situación. Es solo un deseo, pero muy sincero.