EL CAMINANTE: CON SENTIMIENTO.

Repasando los mensajes recibidos me encuentro con uno que me entristece. Nos ha dejado un hombre bueno. Domingo Villar en la mejor edad de la vida se nos va. A los cincuenta y un años, una persona está en la plenitud para realizar todos sus proyectos. Como herencia nos deja tres magníficos títulos: Ojos de agua, La Playa de los ahogados y El último barco. Valga esta sentida y breve mención recuerdo por su partida. Como persona, me uno al dolor de su familia. Como creyente, ruego a La Luz que proyecte sobre él su infinito amor y lo acoja como Padre bueno que es. La vida no me concedió el placer de conocer personalmente a Domingo, y me remito al Evangelio que en uno de sus mensajes me dice: «Por sus obras los conoceréis»

Entrañable colega, por tus obras ya te conozco, te respeto y te admiro. Vive, Domingo, la Felicidad Eterna.

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