Desde mi Atalaya
Esto escribía hace algún tiempo sobre uno de mis nietos. Hoy, ya le han dado el título de Médico y está preparándose para hacer el Mir. Quiere ser Dermatólogo. Estudia 11 horas diarias para conseguirlo. No lo pongo como ejemplo, como abuelo, pienso que lo debo hacer, igual que lo haré de cualquier otro joven que muestre esas actitudes para conseguir un mundo mejor.
Es bueno, de vez en cuando salirse del bosque para avistar mejor los árboles. Algo por el estilo intenta hacer el Caminante en este primer día de Otoño, que confiamos arregle un poco los desaguisados que el seco Verano, nos dejó.
Es fácil caer en los tópicos que continuamente nuestro cotidiano vivir, nos ofrece. Alguien hace algo, inmediatamente aparece quien sentencie, “ No, ya se veía venir”. Un político comete una fechoría, y al instante aparece el que da el veredicto “Si son todos iguales”. Un joven realiza un acto propio de su juventud, y antes de terminar de hacerlo, ya esta en la escena, el perfecto que nunca pecó “No tienen vergüenza, la juventud está perdida” Ni nadie es vidente, ni todos los políticos son corruptos, ni la juventud ha perdido el Norte. Es cierto, como decía mi padre, que, “Donde hay burras potros nacen”. Pero de ahí, a los presagios de los pájaros de mal agüero, hay un espacio sideral.
Es Humano, tiene todos los defectos que adornan a los jóvenes. Comiendo, es mejor no mirarlo, porque su glotonería, no tiene parangón. Es brutote, como casi todos los jóvenes de veinte años. Es poseedor de la Verdad. Los demás se aproximan, pero la suya es la mas cercana, la mas válida. Ya de niño, desprendía un algo que cautivaba. Su tierno sonreír, su franco mirar, no sabría decir lo que era, pero sí es cierto que todas las mujeres querrían tener un Pablo.
Sí, hablo de Pablo López Balboa, el segundo de mis nietos, en edad. Pablo cumple en estos días, veinte años, es alto, fuerte, como dicen ahora, un armario. Juega futbol Americano, en un equipo de la liga Nacional, Los Osos de Ribas. Entrena todos los días y se somete a la disciplina del club, en todo aquello que el ejercicio de esa actividad deportiva exige. Bastantes horas semanales. Estudia cuarto de Medicina, con notas muy satisfactorias, entre notables y sobresalientes. Prácticas propias de la carrera, bastantes fines de semana. Da cursos de magia y prestidigitación, con notables avances, hasta tal punto que ya hace sus pinitos cuando le requieren para algún colegio, cumple años de niños o eventos del estilo, sacando sus dineritos, para sus gastos personales. Estudia, séptimo de piano, y puedo asegurar que, ver sus manos acariciando las teclas del piano, interpretando a Juan Sebastián Bach, Mozar o cualquier otro genio de la música, es como contemplar el revoloteo de un bando de mariposas, intentando posarse sobre las flores del jardín. No es ningún superdotado, ya de niño, cuando alguien decía “ Qué niño mas inteligente”. El respondía: No Señora el inteligente es mi hermano. Pero nadie le puede negar su capacidad de lucha, de distribuir bien los tiempos, rentabilizando cada minuto de su vida. Por supuesto que dedica los momentos propios de la edad, a la diversión.
Vivimos en una sociedad muy compleja, con permutas tan inesperadas y repentinas que se hace muy difícil hacerle un seguimiento minucioso, pero esencialmente, tenemos la mala costumbre de solo poner nuestros ojos, en los aspectos negativos e ignorar todo lo que de positivo nos rodea. Hay fermento suficiente para convertir en sabroso pan, toda la masa que tenemos en la artesa. Solo hace falta conjugar bien los elementos que la componen.