Abril, siempre ha sido un mes cacprichoso. Cuando yo era niño, de ello hace más de 70 años, se oía decir a los mayores:»Ya está aquí Abril con sus mañas». Así era. Llovía, hacía sol y los vientos aparecían cuando les venía en gana. En un mismo día se podían dar todas las variantes meteorológicas. Está naciendo el caprichoso mes, pero ya nos anuncia sus peculiaridades. Esta mañana no me despertaron los trinos de Pico Amarillo ni los picotazos en el cristal de la ventana de Papo Rubio, llamaron mi atención. Me levanté y como la nieve ya había desaparecido de la piel de los campos, le esparcí unos granos a mis amigos por si tenían necesidad de saciar su apaetito. Al momento Pico Amarillo hizo acto de presencia comiendo con avidez lo que yo les había esparcidoMe hacía una ilusión inmensa contemplando a mi amiguito disfrutando del almuerzo que yo le había servido. No habían pasado ni diez minutos cuando, para sorpresa y delleite míos, Papo Rubio, con su tic nervioso se presentó para no perderse el suculento desayuno que le venía al «pluma» después del ayuno obligado por mor de la nevada caida.
Contemplar a mis dos amigos disfrutando del ágape, me hizo el más feliz de los mortales.¡Qué pena que tengamos que perder la cabeza con grandes acontecimientos, si lo que realmente necesita nuestra vida es pararnos a disfrutar con las cosas pequeñas que son las inherentes a nuestra propia naturaleza!
Eché de menos a las respectivas parejas que, con seguridad, están en los quehaceres domésticos prepàrando sus nidos para que, cuando vengan sus hijos se encuentren con su casita en las condicones idóeas para ser felices.¿Habrán copiado de los humanos su comportamiento? O más bien ¿Habrán copiado los humanos de ellos? Sea como fuere, esto resulta complicado de entender yno seré yo quien tenga la osadía de pronunciarse.