Buenas noches Mamá. Ya es tarde. Bueno, según por el lado que lo mire. Es tarde para ser Sábado y es temprano para ser Domingo. Justamente es la una de la mañana. El sueño ya me puede. He tenido una familia de cinco miembros, a comer, un matrimonio con tres niños y ya sabes que preparar todo, lleva su trabajo. Pero muy contento. Comieron bien, quedaron satisfechos y eso es lo que gusta. Teniendo en cuenta los nacimientos que se producen en la actualidad, en el seno de las familias, tener el placer de sentar a tu mesa una pareja con tres hijos, es un honor y un placer. A pesar del cansancio, tenía necesidad de hablar contigo unos momentos. Te echo mucho de menos y quería decírtelo. Te parecerá una tontería, pero es así. Y ¿Sabes lo mejor? Cada día noto más tu ausencia. Creo que estoy aprendiendo a ser mayor y tener menos miedo a irme de este mundo. Aunque también es cierto que, cuando me acuerdo que, según nos comentaba, no consigo saber qué Teólogo era, que luego ahí, donde tú estás, ya no conviviremos como pareja, lo mismo que te ocurría a tí, me sucede ahora a mí. Me enfado. De lo que estoy convencido es que compartiremos una eternidad juntos. Amándonos como siempre lo hemos hecho. Me revolotean las mariposas en el estómago pensándolo.Cuando algunas personas leen nuestras conversaciones y se enteran que nos queríamos tanto y que yo llevo una vida activa, viviendo, no lo entienden muy bien. Piensan que debería estar encerrado dentro de una caja de tristeza, de amargura, de añoranzas, con unas orejeras que no me permitieran ver más allá de la medida de mis pestañas. Qué poco saben de lo que es vivir. Siempre lo comentábamos. «Tenemos que aprender a ser mayores para vivir la vida en cada momento como se debe hcer» Por razones del propio destino a tí no te fue dado ser mayor. Te fuiste joven y yo intento cumplir nuestro precepto, viviendo dentro de los límites que ella, la vida, me permite. No es nada fácil, te lo aseguro. Pero tengo muy en cuenta aquello que también nos decíamos: «Siempre hay que sonreir. Los que nos quieran bien, serán felices viendo que nosotros lo somos. Y los que nos quieran mal, se fastidiarán pensando que a pesar de las dificultades, seguimos siéndolo» Eso a pesar de la gran Familia que conformaste. Maravillosa. Sobre ella, precisamente, te iré contando cosas dentro de pocos días. Te gustará saberlas. Seguiría hablando contigo hasta la amanecida pero no debo abusar. Este cuerpo, casi ochentón, me marca los tiempos. Pero no puedo cortar sin reiterarte mi más profundo amor. Te aseguro que son muy pocos los momentos que no comparto contigo. Fueron tan maravillosos que el recordarlos, me reconforta. Porque es una realidad lo que siempre te decía y sigo dicendo, Amor.Tu eras y sigues siendo, una fábrica de Felicidad. A pesar de no estar aqui tu cuerpo, continuas fabricándola. Me atrevería decir, que cada día produces más. Sigue mostrándonos el camino. Amándote, nos haces ser mejores. Te quiero y lo que es mejor, como a tí te gustaba que te dijera: Me sigues gustando.