Estoy convencido que la mayoría de vosotros sabeis que mi silencio se debe a que me hallo fuera de Os Cotiños, precisamente para gestionar lo que digo en el escrito anterior y algún temilla familiar. A veces sienta bien ejercer de padre, aunque la edad limite muchos las capacidades, siempre hay alguna parcela que permanece sin esquilmar y se le puede sacar algún fruto. De todas formas sigo manteniendo contacto con Os Cotiños y sé más o menos cómo andan las cosas por aquellos pagos. Las últimas lluvias caidas por allá, han disminuido bastante la comida que tanto abundaba por los prados y montes limpios, que por cierto son bien pocos, y las aves y pájaros han tenido que volver por sus fueros y retornar a las viejas costumbres que estaban olvidando. Me han dicho que se ven merodeando por la ventana, donde dejé bastante comida, a pajarillos que habían perdido la costumbre de visitar ese pesebre. La noticia me llena de alegría, ya que ello supone que tanto Papo Rubio como Pico Amarillo y sus respectivas familias se encuentran bien y solamente la abundancia y variedad de comida que hallaban por otros sitios, era lo que motivaba su ausencia. Estoy deseando regresar para comprobar cómo está todo.
En lo que respecta a UNO DE TANTOS, solo recibo buenas noticias. Tanto su contenido como la forma de presentarlo, está cubriendo las expectativas e incluso superándolas. Confío que siga así y nos estimule para ir mejorando tantas cosas que hay que mejorar. Si no se mejora un poco cada día, esa jornada se convierte en un día muerto.