QUIERO PERO NO PUEDO

wp-image-672675231jpg.jpegNo os creais que mis múltiples ocupaciones me impiden hablar de las cosas comunes que compartimos. Una de ellas, las vivencias de Papo Rubio y Pico Amarillo. Quiero, pero no puedo. Todos los días quiero deciros que están bien y que siguen con sus costumbres diarias, pero no es cierto Papo Rubio, sí viene cada día a mi ventana y repicotea en el cristal, antes de tomar su ración de comida. Y lo hace varias veces al día. Sin embargo, no sucede lo mismo con Pico Amrillo. Quiero y sé que me repito demasiado, que es porque, al estar disfrutando un otoño tan benigno, climatológicamente hablando, hay tanto que comer por prados y arbustos  que prefiere alimentarse con lo que encuentra por esos pagos, que venir a saludarme y comer de lo que yo le ofrezco.unnamed[6] Pienso yo, si no se habrá hecho ecologista y solo quiere comer de lo ecológico. A lo mejor, pero a mí me  tiene en acuas. Aunque, a decir verdad, siempre espero que venga. Lo mismo que hacía el Padre del Hijo Pródigo, asomarse cada día al alto de la colina para ver llegar a su hijo. Yo no me subo al alto  de la colina, pero sí me siento al lado de mi ventana, largos ratos, por ver si mi Pico Amarelo viene. Más aún, me paso horas mirando su fotografía para convencerme de que sigue ahí y que cuando menos lo piense, vendrá y me llenrá de alegría el conemplarle en las ramas más  altas del viejo castaño y escuchar sus armónicos trinos. Dios quiera que sea pronto.

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