CADA DIA TIENE UNA ENSEÑANZA

Solo tienes que poner un poco de atención en tu vivir, para descubrirlo. Que pasé unos días con el ánimo, no en su mejor estado, quedó claro el día que hallé muerta a la compañera de Papo Rubio. Que no viví los días más eufóricos de mi existencia cuando me encontré con el cadáver del propio Papo Rubio, sería un necio no admitirlo. También es cierto que no sería menos necio si no me rindiera a la evidencia que la vida se compone de toda clase de situaciones y que los seres humanos debiéramos ser más coherentes admitiendo en cada momento cómo debemos vivir esas transiciones. Pasar de un estado de ánimo a otro, mejor o peor, debía formar parte de nuestra propia esencia. Porqué todo esto. Hace unos días, poco después de morir Papo Rubio, como digo, me quedé muy tocado de ala, por identificarme con mi desaparecido amigo. Pasaron muy pocos días de eso, cuando a mi ventana comenzó a venir aquella pareja que no supe discernir si eran dos hermanos o pareja de hecho para procrear. Lo cierto es que lleva viniendo otro Papito Rubio, igual que su padre. Este sí doy fe que es hijo de mis amigos, desaparecidos despertadores matutinos, vino a ocupar los espacios que sus padres gozaban. Con tal prestancia lo hace, que a los tres días de aparecer por mi ventana, cuando salgo y no le veo, le silbo de una determinada manera que tengo de hacerlo, e inmediatamente lo tengo revoloteando de rama en rama en el viejo roble o en los troncos que tengo acopiados para convertirlos en leña para el invierno. Y no solo eso. además del silbido, ha llegado a conocer mi voz y en cuanto hablo algo más alto de lo normal, aparece al igual que cuando me oye silbar. Comprobé que no tiene los mismos gustos que sus padres, por lo que he comenzado a ponerle arroz, en vez de pienso y grano. Y si éste está cocido, mejor.dibujoddd

Los que nunca faltan a la cita son Pico Amarillo y su compañera. Al no haber amanecidas demasiado frías este Invierno y principios de Primavera, sus cánticos no han sido tan variados y sonoros como otros amaneceres. Eso sí, vienen comen y se van. Ya vendrán tiempos mejores. Ellos, con sus enseñanzas, me educan en el no juzgar antes de tiempo ni hacer juicios de intenciones que luego se destruyen por sí solos. Me enseñan a ser paciente antes de emitir un juicio que luego resulta erróneo por prematuro.

¡Cuánto podemos aprender de la actitud de la Naturaleza en todas sus manifestacioens. Solo hay que saber leer sus mensajes o escuchar sus consejos.

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