ALGUNAS VIVENCIAS ENRIQUECEDORAS QUE NO CUENTO EN UNO DE TANTOS

No puedo evitarlo. Cada día dedico unos momentos a repasar alguna página de UNO DE TANTOS. Siempre termino en la mismas. En los primeros años, mi vida fue como la de cualquier otro muchacho de aldea.  Desde muy pequeño, apenas 4 años llevaba el ganado a pastar al monte o algún prado que no entrañara muchas dificultades, tanto por distancia como por ubicación con respecto a otros colindantes. Lloré cuando alguna vaca se me extraviaba y tardaba en localizarla. Vi parir a las vacas, a las ovejas, a las cabras, a las perras que teníamos en casa. Me mordieron algunos perros por tirarles piedras cuando se peleaban con los nuestros. Tomé leche templada, con la temperatura que salía de la ubre de la vaca, mientras mamá la ordeñaba. Incluso, a veces, me la enchufaba directamente a mi boca. Me gustaba sentir el chorro que me llegaba desde el teto de la ubre. Más de una vez me caí de un árbol buscando nidos de ´pájaros. Por coger cerezas, en más de una ocasión dí con mis huesos en el suelo. Tuve lombrices, a veces más grandes que las que cogía para pescar las truchas. Los caballos, incluso los mansos, en más de una ocasión, me hicieron descabalgar, sin que yo quisiera hacerlo. Llegué a dormirme encima de la montura y cuando despertaba era porque me había caido desde lo alto del lomo de la yegua o del caballo. Esto último me ocurría desde que tenía muy pocos años, como máximo 4 o 5. Cogía las  gallinas y les hacía prospecciones para ver si tenían el huevo para ponerlo. En fin, cuento todo esto para  que sepais que mi vida fue muy rica en vivencias en el rural gallego de los años 30, 40 y 50 del siglo pasado.wp-image-1032135810jpg.jpeg Mi hermano Manuel que físicamente nos dejó a los 28 años, pero su recuerdo vive en nosotros con plena vigencia.

Pero cuando mi niñez se enriquece de verdad, con situaciones que no pertenecían al común de los muchachos de mi edad, es cuando mi hermanos Manuel me toma como su ayudante. O mejor, me convierte en su sombra nocturna y diurna. Narro los momentos compartidos con la naturalidad que todo UNO DE TANTOS, mi libro tiene, precisamente de eso, de naturalidad y sencillez. Cualquiera otra manera se saldría del contexto, tanto del libro como de mi propia realidad. Sin abandonar ese aspecto, no puedo dejar de reconocer la riqueza de enseñanzas que mi hermano me dio la oportunidad de vivir. Aquellas correrías nocturnas con las que tanto gozaba yo con, no más de 5, 6 o 7 años. Y lo curioso y que, aún hoy me divierten, es que las gozaba llorando. Que conste que nunca tuve ni tengo síndrome de masoquista. Cuando me dejaba solo, bueno solo no, con diez o más perros amarrados, allá por la media noche, en medio de un monte. Las jornadas de pesca, con los medios más rudimentarios. A mano, en las corrientes. Con nasas manufacturadas por él mismo. Con retales de redes que nosotros mismos reparábamos. Con unas cañas rudimentarias que se convertían en virtuosas herramientas, en las manos de Manuel. En días de abundantes nevadas, seguir el rastro de las libres, kilómetros y kilómetros, no siempre exitosas. Mi hermano tenía el don de sentirse querido por donde quiera que fuera. Todo el mundo lo quería. Todos querían ser sus socios en los trabajos de la mina. Sabían que donde él lo dijera, allí se encontraba estaño o Wolframio. Excavaban un pozo o abrían una galería, y sus pronósticos, se hacían realidad. Me enseñó que la generosidad y la humildad eran dos virtudes necesarias para la convivencia. Ambas apoyadas en el respeto. El respeto a todos, pero, de manera especial a los mayores. Tendría para escribir un tratado, con solo relatar todo lo vivido y aprendido en su compañía. Aunque cien años viviera, no tendría tiempo de agradecerle todo lo que le debo. Todo lo que me permitió vivir en su compañía. No digo que me dan pena, para no ofender a nadie, ahora que  tengo capacidad para entender todas  aquellas vivencias, la manera que tienen los niños de ahora de pasar esos años de la niñez, sin conocer gran parte de la razón de ser, de su propia existencia.

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Imagen de Twitter

Estás comentando usando tu cuenta de Twitter. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s

A %d blogueros les gusta esto: