MI ZOO CAMBIA SEGÚN LA ÉPOCA

wp-image-1874492528jpg.jpegCon la recalcitrante sequía que estamos padeciendo, los insectos, sobre todo de la familia de los ortópteros, cerezas, este año los guindos y cerezos cargaron en abundancia y otros frutos de la época, tanto Rubiales, el hijo de Papo Rubio, su pareja y la familia de Pico Amarillo, apenas hacen acto de presencia, por sus cuarteles de invierno. Sin embargo, sí vienen Linda y Cabezón, sin tantas carantoñas como se hacían cuando Linda estaba en celo, pero me visitan para comer lo que cada mañana les pongo en sus cuencos particulares. Ya dije que, desde que no tengo los cerditos, las sobras de la comida que antes les llevaba a ellos, ahora se la ponga a la pareja de enamorados. Pero esta mañana me llevé una muy grata sorpresa. Un nuevo comensal, sin que nadie le invitara, se llegó a degustar la comida de los que no vienen. Por estas tierras le llamamos Gayo. Abreviatura de Papagayo, por los colores variados y vivos de sus plumas. También por sus graznidos en medio del bosque. En realidad es un Arrendajo. Lo cierto es que a mí me llenó de placer cuando le vi comiendo con avidez lo que yo había preparado para otros. Y es que en la vida hay muchas personas que desprecian lo que se les ofrece y hay otras que disfrutan valorándolas y disfrutando de ellas. Pero no paró ahí mi sorpresa y satisfacción. A las pocas horas me encontré con la gratísima sorpresa que me brindó mi matinal invitado. Como demostración de que se había sentido satisfecho del comedor y del menú que se le brindó, se fue en busca de su amada y allí estaban los dos, disfrutando del banquete.wp-image-1708997027jpg.jpeg No os podeis imaginar que placer me produjo tal acontecimiento. Una razón más para cuidar a mis nuevos invitados y hacer un estudio de los gustos que tienen para, en la medida de mis posibilidades, ponerles los menús que mejor les cuadren. Confío que Rubiales y Pico Amarillo cuando vengan no sientan celos y todos compartan mesa y comida. De momento mantel no les pongo, pero tiempo al tiempo. De todas formas mi particular zoológico, no se puede negar que es variopinto. Rubiales, Pico Amarillo y familia, Zapirón, un gato blanco y negro que solo aparece los días que hay pescado, Linda, Cabezón y mis últimos invitados que aún no les he puesto nombre. Es cierto que ahí se cumple el mensaje del Evangelio. «Ved las avecillas del cielo y lo lirios del campo, que no siembran y el Padre Celestial les provee» El Padre Celestial me usa a mí de humilde anfitrión, y yo encantado de ejercer tan bello cometido.

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