" No hay nada tan importante como la importancia de no haber nada importante" by José Balboa Rodríguez, escritor ourensano.
SOMBRAS Y LUCES DE EL CAMINANTE
NO TENGO QUE Breve, mas, tan breve en su gráfica, como longa en su contenido. Cuando la vida te sitúa en un espacio que tú no has elegido, ni deseas, pero que te ves obligado a aceptar, inmediatamente buscas entre los entresijos de las dobleces de tu cerebro una compensación que, de alguna manera, le dé un giro a esa adversa situación existencial. De pronto ahí aparece la frase que preside esta reflexión: No tengo que. Esas tres palabras te liberan de tantas y tantas situaciones que terminas por convertirla en tu compañera inseparable. Sobre todo la llamas cuando la cuesta del vivir se empina y subirla se convierte en una empresa poco menos que imposible. Y es entonces cuando llamas a la puerta de tus apetencias. Se abre y tú decides si merece la pena seguir o quedarte. Siempre partiendo de la sacrosanta premisa que «no tengo que» subir, bajar, tumbarme, dejarme ir. Solo mis apetencias condicionan mi decisión. No sería sincero si en esta reflexión, un tanto irrealista en algunas de sus vertientes, no introdujera una excepción, para mí, totalmente imprescindible: Respetar. «Sí tengo» que respetar. Lo que sí hago es establecer mis condicionantes en el terreno donde el respeto camina por sí solo, sin tener que reconducirlo.Con la certeza de que hay en mi vida, más luces que sombras. Precisamente, por eso, puedo caminar.