Hace unos días me notificaron que hoy lunes 22 de marzo debería presentarme en el Centro Médico Comarcal de Carballino. A las 11,48 horas era la cita. Acompañado de mi amada Lorena, cinco minutos antes, nos acercamos a la puerta del citado Centro. Al instante, con puntualidad suiza, me invitaron a entrar. Dos minutos después de hacerlo una joven muy amablemente me indicó que accediera a una salita en la que un enfermero muy joven con rostro aniñado de nombre Norberto y con una técnica de veterano muy considerado, dice que me inyectó la vacuna. Digo «dice», porque ni lo noté. Son las 22 horas del mismo día y no he tenido ninguna molestia hasta estos instantes. La Vacuna Pfizer, desde esta mañana viaja conmigo sin dar señales de molestias. De momento. Desde que me aproximé a la puerta del Centro de Salud de Carballino, todo fue buenos modos, y exquisita profesionalidad. Desde mi querido, entrañable e incomparable Beariz, mi sincero agradecimiento.