
Se han cumplido con creces todas las expectativas. Os decía, hace muy pocos días, que me encontraba algo preocupado ante lo que se me avecinaba: Presentar dos de mis libros, LA FUERZA DE LOS HELECHOS Y SUSURROS DESDE MI ATALAYA, en la muy importante Feria del Libro de Madrid. Ayer, día cuatro le tocó el turno al primero. Queridos amigos, cuál no será mi satisfacción al ver que antes de la hora de cierre, se habían agotado todas las muchas existencias que había presentado la Editorial para el evento. Me vi obligado a prometer a las muchas personas que no pudieron llevarse su libro, que dejándome su dirección le haría llegar los ejemplares que desearan, a su propio domicilio. Entre la numerosísima concurrencia, todos merecerían una especial mención. Siendo ello, de todo punto imposible, citaré a personas que exprofeso vinieron desde Asturias, Cuenca y otros lugares de España. Un grupo que

produjo un extraordinario momento de emoción fue el de varios miembros, un hijo, nietos y bisnietos del prohombre que coprotagoniza la novela, DON ANTONIO CAMACHO. Este insigne caballero realizó una obra tan encomiable que, no solo

merece la mención extensa que hago de él, sino que, por justicia, hará falta que algún día se escriba un voluminoso tomo reconociendo su bonhomía. Os seguiré contando más. El día seis a las siete de la tarde comenzará su andadura SUSURROS DESDE MI ATALYA. Muchísimas gracias

por vuestra aportación, muy especialmente a mi esposa Lorena, a mis hijos y nietos y a los que, realmente, conseguís que este niño de 85 años que vive dentro de mí, siga comportándose como un impulsivo rapaz de (poner los años que deseéis…, yo no me atrevo) GRACIAS, MUCHAS GACIAS.
Mi más sincera enhorabuena! De verdad que eres ejemplo de entusiasmo y constancia en estos tiempos en que vivimos donde muchas veces reina la desesperanza.
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Muchísimas gracias, Marina. Yo solo soy la carrocería, el motor sois vosotros con vuestros ánimos
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