
Son tantas las sensaciones que experimento ante lo que me está aconteciendo, que me es harto difícil poder expresarlo. La Vida es demasiado generosa conmigo. No soy merecedor de tanto como me regala. Me falta capacidad para poder agradecérselo. A lo que llamo Vida, no son otros que vosotros, queridos amigos seguidores de mi vivir. Vosotros que con vuestro cariño, expresado de infinitas maneras hacéis que este humilde aldeano de Beariz disfrute de tantas y tan bellas situaciones que tendría que vivir muchísimos años para poder corresponderos. Habréis observado, más de cuatro ya me lo han expresado, que estos últimos días, no compartí momentos con vosotros. La razón no es otra que estas últimas jornadas, estuve sujeto a un régimen de comportamiento, totalmente dedicado a lo que las normas marcan para alcanzar el maravilloso título que reza en el siguiente DIPLOMA.

Gracias de todo corazón.