
Pido perdón a las buenas personas que dedican unos valiosísimos momentos de su vida a leerme o, simplemente a seguirme en mis quehaceres como escritor. Para ellos mis más sumisas disculpas por haberles dado una imagen que, en absoluto corresponden a lo que realmente debe ser. Ni siquiera me justifica el mal momento que estaba pasando. Desde el primer instante conté con el apoyo profesional de nuestro competente Médico de Familia, Doctor José Dobarro y el magnífico e incomparable enfermero Dani. Posteriormente en la Residencia de Orense un joven y excelente Cardiólogo Doctor de nacionalidad chilena, de quien siento desconocer el nombre, detectó con claridad meridiana lo que me sucedía. A continuación el Cardiólogo Doctor Redondo de la misma área sanitaria, impartió las instrucciones pertinentes para actuar en consecuencia. Me citaron para el 19 de Noviembre. Todo esto sucedía en los últimos días de Octubre. Como el 25 me sintiera francamente mal, acudí a la Clínica El Carmen. Informado el Cardiólogo Doctor Don Ramón Mantilla de cuya calidad como profesional y humana, no tengo palabras suficientes para hacer un justo reconocimiento, me emplazó para tres días después. Antes le era imposible poder atenderme. El día 28 él y su estupendo equipo, Doctor Tino, Enfermera Aurora y demás auxiliares, restablecieron mi organismo para continuar sonriendo a la Vida. De que así fuera se encargó mi bella y solícita Esposa y vuestro cariño, manifestado en cientos de mensajes que agradezco desde lo más profundo de mi muy usado, que no viejo corazón, pues según el Doctor Mantilla, está en muy buen estado. De ahí el que este escrito tenga por misión pediros disculpas por haber encabezado mi anterior relato con una cara que ni yo mismo reconozco. Os respeto. Y, como el respeto es la parcela donde se siembra la semilla que produce el amor, OS AMO a todos.
Eres muy grande y vales mucho.
Con ese corazón fuerte, generoso y amoroso, en cuanto al amor a la vida y a las personas q tiene, seguira dándonos gratos momentos con sus escritos tan generosos.
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Disculpas ninguna,sabemos que calidad humana tienes,me alegro de tu recuperación y ahora a seguir con tu vida y tu pasión por escribir,un fuerte abrazo.
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