
Como una garduña nos degolló a Cupe, llamado así porque cuando nos lo regaló nuestra sobrina Susiña tenía el culo pelado, Ester otra sobrina nuestra nos donó uno que comenzaba a ser aprendiz de gallo. Come y practica sexo como un auténtico profesional. Hace un mes que comenzó a cantar. Al principio lo hacía con falsete, pero ha mejorado adecuadamente y tengo que reconocer que ahora desafía a todos sus congéneres de la aldea.
Además como vive en la zona más alta del pueblo, su sonoridad es proverbial. Tiene barra libre, razón por la que come lo que le apetece. No es que él haga méritos para tal cuido, no. Lo que sucede es que las tres damas con las que comparte espacio amplio y vida, se merecen todo lo que les damos y mucho más. Desde que llegaron a la edad de poner, no fallan nunca: Todos los días, salvo en rarísimas ocasiones, retiramos del nido tres huevos.

No es así el comportamiento de nuestro gallo Rigoberto. No hay ocasión en que yo entre en el recinto donde habitan, que el belicoso capiscol no me agreda saltando sobre mis piernas para herirme con las uñas de sus patas. Hoy, mientras le llenaba el comedero y el depósito del agua, lo hizo dos veces. Os aseguro que, si no fuera por lo felices que hace a sus tres damas, a las que tiene cautivadas por su belleza y sobre todo asiduidad sexual, si no fuera por eso, repito, ya lo había convertido en pepitoria. ¿Verdad que no se debe mantener a quien muerde la mano que le da de comer?