En el día de ayer tuve que venir a la Capital del Reino a someterme a una de mis habituales y periódicas ITV. Me monté en mi coche y en poco más de cinco horas recorrí los más de 600 Kms. que separan mis paradisíacos Cotiños de la vorágine de la gran ciudad. Si os contara las barrabasadas que me hicieron los hurólogos para comprobar los diferentes elementos que contribuyen al funcionamiento de esa zona de mi cuerpo, os…..reiríais de mí. por lo que prescindo de su narración. Estoy convencido que soy el más longevo del admirado grupo con el que comparto estos maravillosos momentos de intercambio de ideas y pareceres, por lo que os pido no seais muy severos al juzgarme y sí pragmáticos al aprovechar mis experiencias. Eso no quiere decir que no tengais libertad para ser críticos orientándome en lo que considereis que no se ajusta a lo que el común sentir aconseja.
Quienes no van a tener compasión de mí van a ser Pico Amarillo y Papo Rubio por haberles abandonado de nuevo. Ellos no entienden de médicos ni de ITV, solo saben que no estoy y los granos que cada atardecer esparzo por el suelo, para que por la mañana tomen su desayuno, no están. Confío que sus parejas suplan con creces mi ausencia y así, cuando regrese, no tengan represalias para conmigo. Aunque la climatología no está siendo la más idónea para acurrucos amorosos, pero eso ya se lo decía yo. Bueno, ya se lo comentaba a una de nuestras encantadoras compañeras de viaje literario, que el amor vence todas las cosas. Vivir cada segundo como si fuera el último.