Hace unos días uno de mis nietos, el tercero por orden de edades, tenía que realizar un viaje desde Madrid a Menorca. Antes de explicar los hechos acontecidos, haré un plano de situaciones, para evitar malos entendidos. Mi nieto, del que hablo, tiene 20 años. Estudia Ingeniería Informática Superior y Dirección de Empresas. Segundo año. Presentó 9 materias y sacó 8 Matrículas de Honor. Ha viajado solo y acompañado a varios países.
Bien. Tenía que viajar, como digo a Menorca. Pasó los controles pertinentes en el Aeropuerto Adolfo Suarez de Barajas. Una vez localizada la puerta de embarque, comprobó que su vuelo tenía algún retraso y se sentó a la espera de la orden de embarque. Como es habitual entre nuestra juventud, la tableta le servía para suavizar la espera. De vez en cuando levantaba la cabeza para comprobar si daban la orden de embarque. Al cabo de cerca de una hora, vio que las azafatas empezaban a dar paso para el acceso a la nave. Presentó su billete, conseguido por internet. Llegó al asiento que figuraba en el billete. Cerró su tableta y se dedicó a observar el ambiente. Comprobó que las personas que viajaban en el mismo avión eran casi todas del Islám. Tanto era así que terminó por dudar y se decidió a preguntar por el destino de aquel viaje. Alguien le dijo que el destino era El Cairo. Salió a toda prisa y aún llegó a tiempo de localizar la puerta del embarque para Mahón. Habían cambiado la puerta de embarque y nadie, cuando entregó su billete, le advirtió que aquel no era su vuelo. ¿Dónde está el rigor de los controles? Imagínense que mi nieto llega a El Cairo, sin Pasaporte, como polizón……..Sería bueno que los controles tuvieran menos escenografía y más rigor.