" No hay nada tan importante como la importancia de no haber nada importante" by José Balboa Rodríguez, escritor ourensano.
TRUJILLO, CIUDAD PARA RECORRER, ADMIRAR Y DISFRUTAR
Repetidas veces visito la Ciudad de Trujillo y cuanto más la recorro, más la admiro. No hay rincón ni piedra que no tenga un retazo de historia. No hay esquina en la que no haya quedado un jirón del esplendoroso vivir español. Los Maestros Canteros que dibujaron las filigranas de su fantasía en la berroqueña piedra Trujillana, no trabajaron para realizarlas. Esa labor no se puede ejecutar con el duro golpe de maceta y buriel, esa creatividad solo se puede hacer con el alma jugando a vestirse de vellón de merino y las manos acariciando la brisa de amaneceres. Cierro los ojos y contemplo al recio Maestro de la cantería, dejar descansar a la maceta y al cincel y modelar la roca con sus encallecidas manos la compacta roca de la tierra. Invito al Caminante que se pare en cualquier punto de la Ciudad y se abandone a sí mismo para que su yo se sumerja en las curvas de la sillería o los pétalos de las flores que orlan palacios y esculturas. Trujillo es un jardín de floridas piedras en medio de la austeridad Extremeña. Para ponerle un punto de humanidad imperfecta, solo diré que le falta, en el centro de La Plaza Mayor, una centenaria Encina que cante a todos los visitantes, su autenticidad, su reciedumbre y su eterno vivir.