VAGANDO ENTRE SOMBRAS

wp-image-189268063jpg.jpegHoy he visitado a mi hermana Remedios. Hace 87 años que mi hermana nació. Vease que no digo que mi bien querida hermana Remedios, cumple 87 años. Le llevé un ramos de rosas blancas, su flor favorita. Lo único que hizo fue pasar su mano por sus pétales. Hace ya algunos que el tiempo para ella, no tiene ningún sentido. Para mi hermana solo existen las sombras. No hay nada que motive su atención. Vaga por la oscuridad de su mente, perdida en la noche sin estrellas ni luna. Ella, que fue la razón de ser en mi niñez. Remedios me enseñó a dar los primeros pasos y me condujo por los senderos que me habían de llevar hasta la iniciación de saber caminar. Ahora me mira, porque sus ojos se topan con algo que le impide ver un poco más allá de donde yo estoy. Le agarro la mano. La acaricio. La beso y el roce de mis labios en su rostro, motiva una mirada perdida, sin control ni razón de ser. Remedios me marcó los caminos de la creación. Cada vez que intentaba conseguir algo de mí, no me mandaba realizarlo. No me lo pedía.  Ni siquiera me lo sugería. Creaba situaciones, hasta  que era yo el que tenía que  pedir hacer lo que ella quería que hiciera. Trabajadora incansable. Nadie la aventajaba en realizar cualquier labor que hubiese que hacer. Dos días antes de dar a luz, segaba el heno con la guadaña y no había mujer ni hombre que la adelantara en sus tareas. Ahora, solo la vista vaga perdida sobre los espacios o posándose sobre los colores vivos de los infinitos peluches que una de sus hijas pone a su alcance, mientras pasa sus manos sobre el fieltro suave de sus cubiertas. Sin embargo, su presencia entre nosotros, es un estímulo. Es una referencia y el solo ver su figura trae a nuestras mentes, a la mía y a las de sus hijos, una razón de ser para imitar lo que ella fue y lo que nos regaló, lo que nos enseñó. La impagable lección que cada día nos enseñó para ser mejor personas. No nos dice nada. No nos reconoce. Pero la presencia de su imagen nos obliga, nos estimula a cumplir todo aquello que nos hizo crecer como personas. Para conseguir objetivos de valores infinitos, no hacen falta elcuentes palabras ni discursos archi elocuentes que te incentiven. La sola presencia de un ejemplo vivo, te lleva a los insondables espacios de la superación.

2 opiniones en “VAGANDO ENTRE SOMBRAS”

  1. Como una heredera de tu sangre y de tus entrañas es capaz de quedarse sin palabras ante tanta belleza y pulcritud en tus relatos. Papá despiertas en mi la mayor admiración y cariño que una hija puede sentir ante su progenitor. Te quiero y gracias por mostrar el padre tan maravilloso que tengo y doy gracias a Dios por dejarme disfrutar de ti

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