La mejilla derecha se sonríe pero la izquierda, no. Por lo cual solo sonrío a medias. Confío que, como al parecer ya han llegado los días y las noches propias del tiempo, porque estos días pasados, parecían más bien del mes de mayo, también dé señales de vida Pico Amarillo. Estoy preocupado por si le ha pasado algo. Desde luego yo, no le fallé, porque, incluso esos días que estuve fuera de Os Cotños, les dejé comida sobrada para que no tuvieran que ir a ninguna otra parte a la procura de alimento, tanto para ellos como para sus familia. Algo me recuerda esto que sucedía con mi único Hijo varón. Cuando era niño, siempre le proveía de los implementos deportivos, antes de que él me los pidiera. Le compraba guantes de portero, él jugaba en ese puesto. O unas botas nuevas, cuando las que tenía, estaban aún en buen estado. Y cosas así. Pienso que, un poco, me sucede ahora con mis amigos volátiles. A lo mejor me ningunean por considerar que yo siempre estaré aquí, por lo tanto, ya que el tiempo nos acompaña, provemos por otros mundos. Si es así, no me gusta. Confío que lo piensen y sean coherenes. Y me pregunto, ¿Pueden ser coherentes los pájaros, por muy amigos míos que sean?