Vive nuestra querida España unos momentos de zozobra humana, porque una mujer perdió la cabeza y, según propia confesión, mató un niño. Toda España vibró ante tamaña barbaridad. ¡Qué triste el hecho en sí y grande el clamor que tan luctuoso acontecimiento provocó en toda la población. Bueno en toda, no. Siempre hay descerebrados que tienen reacciones opuestas a la coherencia, al respeto y a todo lo que significa cordura. Pero esos no cuentan. Sí, España sigue siendo una gran Nación con una población civilizada y cuerda. Eso, repito, no obsta para que también entre nosotros pululen seres, darles otro calificativo sería tanto como ofender nuestro diccionario, que lo mejor que se puede hacer con ellos, es ignorarlos. España reacciona ante cualquier problema con la sensibilidad que da la cordura, el sentido común y la cultura que imprime el ser una de las naciones más antiguas y sólidas del mundo. No quisiera citar aquí, el menosprecio que se tiene por la vida en otros muchos paises que he visitado. De hecho, hoy mueren en muchas zonas de África, una cantidad ingente de personas que ni ocupan una mínima cita en un periódico, unos segundos en una emisora de radio y no digamos ya, una imagen en una televisión. Siempre digo y lo repetiré hasta la saciedad que el hombre en cuanto pierde la capacidad de sorprenderse, es un hombre muerto o a punto de estarlo. Afortunadamente mi querida España, con luces y sombras, aún sigue viva. Hay otros muchos paises en los que sucede lo mismo. Hoy toca reconocérselo a España.