MI DESTINO ES PEDIR PERDÓN

wp-1521643970244..jpegPor mucho que me empeñe, en intentar no hacerlo, la situación me puede. Hace algún tiempo eché una solicitud al Departamento que controla el tiempo, que, por favor, intentara fabricar días de 47 horas ya que los de 24, no me llegan para nada. Ignoro los motivos , pero han echado en saco roto mi petición. Sin embargo, una vez más, después de solicitar de vuestra benevolencia millones de perdones, darme licencia  para  que os salude de manera respetuosa y agradecida, por las muestras de cariño y tolerancia que me otorgais. Empezaré agradeciendo a las personas que con una profesionalidad encomiable, cuidan de los mayores que llegan a los Centros donde ejercen su profesión. El caballero que me honro en tener a mi lado en la cabecera de este escrito es Don Telesforo Nieto. Está en la Residencia de la Fundación San Rosendo en Forcarei. Hace unos meses, su encantadora nieta Iria me invitó a su cumple años, al del Sr. Nieto. Lo pasé muy bien y compartí con él unos momentos muy agradables. Hace unos días, volví por aquella Residencia y, una vez más y estuve charlando con Don. Telesforo de mil cosas diferentes. Alguien me dirá: ¿A dónde nos quieres llevar? Ahora le respondo. Tiene El Sr. Nieto una lucidez que para sí la quisieran muchos setentones  incluso algo más mayores. Don Telesforo Nieto, va cumplir, Dios mediante, dentro de poco, 104 juveniles primaveras. Sí señores, CIENTO CUATRO AÑOS.20180312_111353_HDR.jpgAgua ha bajado por los torrentes, cantando y llorando por las faldas de las montañas y mucha más ha pasado por debajo de los puentes desde el día que su madre le díó a luz, pero él ahí está como el abedul de la ribera, viendo discurrir el agua viviendo día a día      20180312_125011.jpgY en el remanso de la Residencia, bajo los atentos cuidados de las personas que allí trabajan, contempla Don Telesforo el paso de los años viviendo feliz y disfrutando, en cuanto sus ocupaciones se lo permiten, de la bella sonrisa de su encantadora nieta, Iria. Loor y gloria a los que llegan a esa edad, en esas condiciones y agradecimiento a la Fundación San Rosendo que, de alguna manera, viene a suplir los hogares familiares de tiempos pasados. Hoy es impensable  que algún miembro de la familia pueda dedicar su tiempo al cuidado de mayores, como sucedía hasta la primera mitad del siglo pasado. Don Telesforo, a seguir viendo cómo pasa el agua hasta el próximo cumple, en el que igual que hizo en el anterior, echemos unos bailes con alguna moza de la Residencia.-

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