Una vez más, la fatalidad hizo acto de presencia en Os Cotiños. Ignoro las causas o causa que lo motivó, pero esta mañana, cuando fui a dar y recibir los buenos días de mis matutinos amigos cantores, me encontré con la desagradavilísima sorpresa de que en lugar de escuchara los trinos de Pico Amarillo y los regorgiteos de Papo Rubio, en el durmiente de la ventana, donde todos los amaneceres picoteaba el cristal, si no había comida, estaba Papo Rubio en una postura que me sobrecogió. Abrí inmediatamente y lo único que conseguí fue corroborar lo que ya me estaba temiendo
Lo cogí entre mis manos y comencé a darle calor y acariciarlo. Todo inútil. Incluso lo coloqué en la posición que él adoptaba todas las mañanas, siempre que se acercaba a comer. De nada sirvieron mis caricias. Papo Rubio, mi amigo del alma, había dejado de existir. Seguro que su energía había pasado a mejor vida. Allí quedó el vehículo que lo llevaba por el mundo en busca de experiencias nuevas. Ahora ya nunca más vendrá a picotear en mi ventana. Nunca más.
Se fue su padre, ahora él. Así es la vida. Como hice en su día con su progenitor, también ahora le llevé a un lugar especial que tengo para ellos. Cavé una pequeña fosa, lo envolví en un paño blanco y lo deposité con el pico hacia poniente, como se entierran a los Celtas, ya sean pájaros, aves, personas o cualquier clase de animales. Lo hacía antes cuando moría alguno de mis cerditos Celtas. Siempre mirando hacia poniente, siguiendo la ruta del Sol. El Astro Rey ha sido siempre nuestro referente. Feliz eternidad, energía de Papo Rubio y muchas gracias por los buenos momentos que me has regalado. Te recordaré siempre, querido amigo. Le dí sepultura en el mismo lugar en que lo encontré, al caer del nido. Allí yace para siempre mi lindo Papo Rubio.
Al leerte hoy, he sentido tristeza por Papo Rubio ese pequeño pajarillo que te alegraba las mañanas. Sabes? entiendo lo que tienes que sentir, porque algo así me ha ocurrido a mi, veras… En un huequecito cercano al aparato del aire acondicionado, esta primavera había hecho un nido un gorrión. Ahí ha estado todas las mañanas, hasta hace unos días que ya no lo he vuelto a ver…Supongo que se ya fue, y también he sentido tristeza…😢 Buenas noches José 😊
Me gustaLe gusta a 1 persona
Así es la vida Rovica. Unos vienen y otros van. Si no fuera así no cabríamos en nuestro pequeño planeta. Lo que sucede es que nuestros sentimientos no se acostumbran a esas leyes físicas. Me encanta tu blog. Hablas más con el alma que con el cerebro. Es más bello ese lenguaje, al menos a mí me gusta más.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Muchas gracias José. Un abrazo amigo😊
Me gustaMe gusta