Así es. El Caminante llega con un día de retraso y, con su proverbial picardía, se apoya en el refranero popular. «A mí me dijo un arriero que no hay que llegar primero, pero hay que saber llegar» Y eso es lo que voy a intentar.
Ayer cumplió mi amigo Leo, los años. No pongo los apellidos porque seguro que me equivoco con el de su mamá y no quiero aguantar la bronca que me llegaría si lo hiciera. Todas las personas cumplimos años. Unos cumplen muchos otros cumplen pocos, pero cumplir 12, es un número reservado para los los privilegiados. !2 fueron los hombres que escogió Jesús como amigos íntimos. Los nombró sus Apóstoles. 12 es un cardinal que se utiliza para un sin fin de cosas, porque 12, es una docena. Y fueron 12 los Druidas que se reunieron en Arduina para decidir a quién le correspondía aquella noche rendir pleitesía a la Diosa de los montes. Y son 12 el doble de 6 que cuando se junta con un hermano suyo, conforman un número genial. Porque fue ese año 66 de nuestra era cuando se decidieron situaciones tan importantes como el paso del Rubincón, por el César de Roma, al mando de sus escuadras. Y esos dos dígitos que sumados dan 12, o sea, los años que ayer cumplió mi amigo Leo, son esos dos dígitos, repito los que divididos por 2, definen la edad que Jesús, el Hijo de Dios, siendo Dios mismo, se decidió a publicar el mensaje que su Padre le encomendó que hiciera. Esas y otras muchas conjunciones, querido Leo, te podría mostrar que tienen mucho que ver con tu maravilloso cumple años. Pero me quedaré ahí. Eso sí, con un placer maravilloso que experimento, a pesar de hacerlo con algo de retraso, para desearte querido niño, toda la felicidad que se pueda alcanzar, en compañía de tus padres.
Ah, no te olvides que este emborronador de folios, te ha elegido para que cuando él desaparezca de la faz de la tierra, como ser vivo, tú te encargues de perpetuar su paso por este mundo. MUCHAS FELICIDADES LEO. y SIGUE CUMPLIENDO MUCHOS, MUCHOS, HASTA QUE TE ABURRAS DE HACERLO. Un fuerte abrazo.
Hola!
Una vez más, un precioso artículo del cuál no puedo estar más agradecido. Mucha gente siempre se molesta en hacer grandes regalos, de gran cantidad de dinero para intentar satisfacer al cumpleañero, y no se dan cuenta de que algo tan «sencillo» es el mejor regalo, al menos para mí.
Un saludo y un abrazo,
Leo.
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