Siempre digo y no dejaré de seguir haciéndolo, que el día que el hombre deja de sorprenderse, es hombre muerto. Fundamento mi reflexión en infinidad de razones que ahora no voy a exponer. En esta noche llegó a mis manos un mensaje,documentado con una imagen. Esa imagen representa a un joven no mal parecido, con cara de palurdillo de aldea, nada incierto, debía frisar, el día que le hicieron la fotografía, allá por los quince años. Tímidamente esboza una sonrisa, entre dulce y picaresca, de ambas cosas debía tener el rapaz a la sazón. Lo cierto es que yo al contemplarla me sentí bastante influenciado y sorprendido. Esto último es lo que me demuestra que sigo vivo, lo cual me llena de tantos sabores que hasta hago votos porque dicha situación perdure. Ahora ue digo eso, se me ocurre la idea de encabezar este escrito con la mencionada fotografía para que mis sufridos lectores vean si tengo o no razón en mis aseveraciones. Mejor, sería anacrónico, después de lo dicho, que pusiera la imagen allá arriba. Mejor aquí
Como de hacer travesuras se juega, no puedo perder la oportunidad de refrendar mis expresiones con las imágenes que lo corroboren, por ello, ahí va la prueba fidedigna
La razón no es otra que la de dejarme sorprender por la vida de la que, no cada día, cada hora, cada minuto, no, cada segundo estoy más enamorado de ella y ella, la vida me lo agradece enriqueciendo mi vivir, más y más. Hasta conseguir que aquella tímida y dulce sonrisa que esbocé hace solo sesenta y siete años, hoy se convierta en algo así, descarada y tan razonada, que sería un sacrilegio no agradecerlo y sobre todo, no reconocerlo.
Se me ha ocurrido una travesura y no es otra que demostrar que mi enamoramiento no no nació conmigo, sino que vino después. ¿ O será. que el día que me hicieron esta fotografía sabía que era para la tarjeta de examen de Bachillerato, aquel Bachillerato del plan del treinta y ocho con siete cursos y finalmente la Reválida de todo? Sí, seguramente era eso. No es posible que yo afrontara la vida con esa cara. Por eso: GRACIAS VIDA