Como los caballeros del medievo comienza la vigilia para mañana dar un poco más de sentido a su auto titulación de CAMINANTE. Mañana, D.m. comienzo el Camino, parcial, el cincuenta por ciento de su totalidad, del CAMINHO DE SANTIAGO DA GEIRA E DOS ARRIEIROS. Lo iniciamos, como ya dije en otro escrito, tres generaciones: mis nietas Irene y Beatriz, mi hija mayor Beatriz Asunción y yo. Intentamos recorrer los 109 kilómetros que separan a Ribadavia de Santiago de Compostela en seis o siete etapas, dependiendo de nuestro rendimiento. Ilusiones no nos faltan, preparación, creemos que tampoco, pero luego ha de ser la realidad quien nos lo confirme.
Es la primera vez que nos enfrentamos a este resucitado Camino y para ello llevamos las mochilas llenas de buenos deseos. El espíritu del peregrino nos anima y con esa, de momento, única premisa, mañana perfumarán nuestra andadura los fértiles viñedos del Ribeiro.
Lo dejo ahí, después de la primera jornada, os informaré de los aconteceres que hubiere. De vosotros espero leer, escritas con la estrella más luminosa, en el lienzo azul del cielo, las bellísimas palabras que tanto ánimo infunden al caminante, y que no son otras que: BUEN CAMINO