" No hay nada tan importante como la importancia de no haber nada importante" by José Balboa Rodríguez, escritor ourensano.
EL CAMINANTE: DIRECTO AL CORAZÓN
Hay una máxima, que para mi desgracia no practico mucho, que me encanta: «Bonum si brevis, bis bonum» Todos conocéis la traducción: lo bueno si breve dos veces bueno. Pues bien, contra mi costumbre, digo, hoy seré muy breve. Terminé de tomar mi desayuno y me dirigía a la ducha y al subir el primer escalón me vino a la mente una reflexión que quiero compartir. Ya sabéis que el pasado año, yo peinaba sesenta y cuatro años más dieciocho, por lo tanto este dos mil veinte, tengo sesenta y nueve más catorce. Las razones son fáciles de dilucidar, pero no voy entrar en estos momentos en esas derivas, sino en deciros que la edad, según me recuerda siempre una muy querida admirada amiga, dama navarrica ella, que la edad no es otra cosa que «un estado de ánimo». En cuanto termina la frase, recalca que no es suya la reflexión. No importa, pero es así. Nuestro insigne y admirado doctor Gregorio Marañón decía que la edad del hombre, «es la de sus arterias». Yo no tengo inteligencia para crear un pensamiento tan profundo, solo me remitiré a mi propia existencia y que hago extensiva a todos los que, más o menos peináis los mismos años que yo. A Dios ponto por testigo de que no lo digo por propia floritura, aunque mi ego sea un globo lleno de oxígeno, sino porque vosotros, a los que hoy quieren denostar, si yo lo hago, podéis hacerlo igual, escribir grandes relatos, asistir a las clases de la Universidad para a mejorar lo que os apetezca, enamorarse, enamorarse, sí. Todo ello está ahí, a nuestro alcance. Y tirando de refranes, ahí va el último: «Lo que hace un necio, lo hacen ciento». Pensaba ser más breve, pero soy como el alacrán. Va con conmigo. Os quiero